Sube, sube la escalera que el jarro de frutas te espera. Jugando lotería aquí esta la guacamaya. Sube, sube a la rueda de la fortuna, moja tu trenza en esta jícama encantada. ¡Qué bonito esta el día! ¡Arpegio de papaya!. Sergio Astorga.
En los pianos caracoles de los acústicos silencios; una concha submarina se pierde en la corriente; y las mareas -volcanes románticos del ritmo- inspiran el submundo de la luna y olvidan su isla tras la ola. Sergio Astorga
Enredo acordado de las cuerdas. Golpe al tacón del corazón. Se pulsa la danza sobre una guitarra morena. Noche de ciruelos ojos regrésame la castañuela, que con las palmas no puedo robarle a la luna un beso ni gritarle al corazón.
Cuando llegaron se perturbaron los sueños y un olor de animal se respiraba como un solo cuerpo. De sus arcas ni oro, ni mirra, ni incienso, solo aquel recuerdo pajizo, que hubo en algún día en aquel tiempo. Algunos niños de mi calle se aferran a su existencia y miran al cielo y lo confirman, otros, se rascan la nariz para desterrar ese acre olor animal. Desde entonces, aquí, en mi ciudad,la mitad de las personas en enero tienen el ceño del sueño ofuscado. Sergio Astorga