¿Está Vd. seguro mi querido abarrotero de que era solo un sapo? Mire que quizá fuera el príncipe dudoso reconvertido en anfibio por el beso de alguna Ofelia vengativa...
Condesa, la seguridad no es una de mis estadías, a pesar de que el abarrote tiene productos imperecederos, la mayoría son productos altamente fugaces. Las Ofelias vengativas que en el mundo habitan ya habrían llenado de anfibios este bellaco territorio. Me gusta la posibilidad de que la meditación venga de ese gelatinoso batracio, pudiendo ser un ajolotl, para extender las referencias isabelinas, seria un príncipe Tepaneca llegando a la misma conclusión. Usted sabe que en las cortes, los recortes de cogotes eran de uso habitual. Y por supuesto en esto de los besos, los hay que destronan, atontan, confunden. Y los cambios de ser no son insólitos.
Mi querida Condesa, sus cavilaciones me permiten continuar con otro dibujo que el día de mañana le mostraré en esta su casa. Si quiere venir por estas horas ya lo tendrá posteado, vamos en la vitrina.
Sabia sapo, sin duda, la que empuja al sapo a debatirse entre el ser y no ser. Me llevó a Ofelia su relato, y a Dinamarca, y también a la Reina Coax de la implacable George Sand. Siempre un gusto visitar su abarrote querido amigo. Abrazo croado.
Izaskun, prendidos en este estar para ser, las historias se acumulan y en estas serie de imágenes no puede faltar la alusión a tan memorables heroínas.
Un gusto que hayas pasado por tu abarrote. Tenemos sidra para el brindis, ¿ya tienes? ¿Ciruelas pasas? Tenemos alheiras y un quijo da serra de rechupete.
¿Está Vd. seguro mi querido abarrotero de que era solo un sapo? Mire que quizá fuera el príncipe dudoso reconvertido en anfibio por el beso de alguna Ofelia vengativa...
ResponderBorrarCondesa, la seguridad no es una de mis estadías, a pesar de que el abarrote tiene productos imperecederos, la mayoría son productos altamente fugaces.
ResponderBorrarLas Ofelias vengativas que en el mundo habitan ya habrían llenado de anfibios este bellaco territorio. Me gusta la posibilidad de que la meditación venga de ese gelatinoso batracio, pudiendo ser un ajolotl, para extender las referencias isabelinas, seria un príncipe Tepaneca llegando a la misma conclusión.
Usted sabe que en las cortes, los recortes de cogotes eran de uso habitual. Y por supuesto en esto de los besos, los hay que destronan, atontan, confunden. Y los cambios de ser no son insólitos.
Mi querida Condesa, sus cavilaciones me permiten continuar con otro dibujo que el día de mañana le mostraré en esta su casa. Si quiere venir por estas horas ya lo tendrá posteado, vamos en la vitrina.
Un abrazo to be.
Sergio Astorga
Seguro que era un principe que necesitaba un beso.
ResponderBorrarSaludos
Sabia sapo, sin duda, la que empuja al sapo a debatirse entre el ser y no ser. Me llevó a Ofelia su relato, y a Dinamarca, y también a la Reina Coax de la implacable George Sand.
ResponderBorrarSiempre un gusto visitar su abarrote querido amigo.
Abrazo croado.
Lola Mariné, la necesidad real o figurada nos lleva a poner los labios casi donde sea. La tragicomedia lo sabe.
ResponderBorrarAbrazos reales
Sergio Astorga
Izaskun, prendidos en este estar para ser, las historias se acumulan y en estas serie de imágenes no puede faltar la alusión a tan memorables heroínas.
ResponderBorrarUn gusto que hayas pasado por tu abarrote. Tenemos sidra para el brindis, ¿ya tienes? ¿Ciruelas pasas? Tenemos alheiras y un quijo da serra de rechupete.
Abrazos estatuarios.
Sergio Astorga