De nuevo llegas, Octubre. En tu casa la luna nunca duerme, por eso queremos vivir en tu casa y cepillar tus cabellos con el jabón de sábila.
El ángel bueno y malo respiran y cumplen su trabajo.
Con el dedo en los labios te invito a dormitar como si
fuéramos grillos inquebrantables.
¿Aceptas?