
miércoles, 31 de diciembre de 2008
domingo, 28 de diciembre de 2008
Humedad

El niño se embarra la sal en los cachetes y mira perplejo la escalada del tlaconete, que buscará un refugio en el ladrillo,
para esperar la lluvia que lo anime, como un bosquejo lunar.
En su liquidez parsimoniosa arquea su molusca forma, dejando a cada pausa, una sensación plácida y bienhechora.
El ladrillo untado de manchas rojizas y verdes desparrama humores cancerosos que se distorsionan al calor y a la penumbra. Las florecillas acotan la espesura en una frialdad que se huele, que se palpa, como terrón desmenuzado en la nariz. El olor a yerba se confunde con las palpitaciones de la marcha. La luz acaricia la baba que deja el tlaconete dejando destellos en la huella lastimosa y dolorida. Esos destellos se filtran por las antenas del tlaconete hasta percibir el lamento que campea con el himno de una voz, que se arremolina en el arrastre.
Cavilando, el tlaconete deja llegar el sueño a su blandura y calado por el frío, bosteza entre el musgo y el ladrillo.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.
jueves, 25 de diciembre de 2008
Chiste irónico
miércoles, 24 de diciembre de 2008
Navidad

Sergio Astorga
domingo, 21 de diciembre de 2008
Amar a tiempo

Paquita de mis de mis mas nobles y profundos sentimientos, quiero que sepas que hubo un tiempo lejano en que yo era otro, no lo tomes a mal. Sí, han pasado varias eras, nunca el pasado fue mas largo que el que pasó antes de darnos cuenta. Déjame explicarte.
Era la era arqueozoica, hace 3 000 millones de años; aparecieron las primeras células, intimas, tímidas, elementales, no había conciencia, ni memoria del instante.
Hace 1 000 millones de años aparecen células complejas. La vida avanza lentamente. La era protozoica jugaba en nuestro planeta - no sabíamos que iba a ser nuestro (el planeta)- y con variedad inaudita hace 600 millones de años aparecieron los primeros organismos unicelulares (todos invertebrados).
Entonces los océanos, como en el que te miro, se pueblan de primitivos peces ya con vértebras. El Celacanto ya nadaba callado entre las profundas aguas verde azules.
Llegó inevitable la era Paleozoica hace 400 millones y después de 50 millones de años de prueba, los vertebrados salen del océano y se transforman en anfibios, un poco sueño y un poco vigilia, así como mi deseo por tu persona, Paquita de mi actualidad.
Había un sólo continente: la Pangea reina en el orbe; no existe España, ni China, sólo plantas y clorofila; procesos físicos y químicos y un poco de olvido entre la tierra y un silencio de pájaros al vuelo.
A caballo entre los tiempos hace 300 millones de años los reptiles aparecen y se adueñan del planeta, desde entonces, la sangre es fría y algún resquicio en mis venas se ha quedado. Los insectos reinan ufanos, multicolores, poliformes y los dinosaurios se contagian de grandeza.
Llega con fanfarrias hace 200 millones de años la era Mesozoica con los mamíferos a cuestas, pequeños, insignificantes, casi ratones astutos y asustados. Las plantas empiezan a dar flores y los sauros empiezan a ser guapos con sus sauras y les envían perfumados regalos.
Hace 65 millones de años del cielo llegó la desgracia y los saurios quedaron como testigos fosilizados y las aves y mamíferos tuvieron tiempo de sentirse dueños de un espacio.
En la era Cenozoica llegó el que me dio posterior nombre, hace 100 000 años, ahora soy mamífero, carnívoro vertebrado, bípedo y enamorado. Disculpa si me tardé, pasaron algunos años para poder encontrarte y no pienso separarme de ti hasta la próxima glaciación.
Por las eras y millones de años que me anteceden déjame decirte que te amo.
Era la era arqueozoica, hace 3 000 millones de años; aparecieron las primeras células, intimas, tímidas, elementales, no había conciencia, ni memoria del instante.
Hace 1 000 millones de años aparecen células complejas. La vida avanza lentamente. La era protozoica jugaba en nuestro planeta - no sabíamos que iba a ser nuestro (el planeta)- y con variedad inaudita hace 600 millones de años aparecieron los primeros organismos unicelulares (todos invertebrados).
Entonces los océanos, como en el que te miro, se pueblan de primitivos peces ya con vértebras. El Celacanto ya nadaba callado entre las profundas aguas verde azules.
Llegó inevitable la era Paleozoica hace 400 millones y después de 50 millones de años de prueba, los vertebrados salen del océano y se transforman en anfibios, un poco sueño y un poco vigilia, así como mi deseo por tu persona, Paquita de mi actualidad.
Había un sólo continente: la Pangea reina en el orbe; no existe España, ni China, sólo plantas y clorofila; procesos físicos y químicos y un poco de olvido entre la tierra y un silencio de pájaros al vuelo.
A caballo entre los tiempos hace 300 millones de años los reptiles aparecen y se adueñan del planeta, desde entonces, la sangre es fría y algún resquicio en mis venas se ha quedado. Los insectos reinan ufanos, multicolores, poliformes y los dinosaurios se contagian de grandeza.
Llega con fanfarrias hace 200 millones de años la era Mesozoica con los mamíferos a cuestas, pequeños, insignificantes, casi ratones astutos y asustados. Las plantas empiezan a dar flores y los sauros empiezan a ser guapos con sus sauras y les envían perfumados regalos.
Hace 65 millones de años del cielo llegó la desgracia y los saurios quedaron como testigos fosilizados y las aves y mamíferos tuvieron tiempo de sentirse dueños de un espacio.
En la era Cenozoica llegó el que me dio posterior nombre, hace 100 000 años, ahora soy mamífero, carnívoro vertebrado, bípedo y enamorado. Disculpa si me tardé, pasaron algunos años para poder encontrarte y no pienso separarme de ti hasta la próxima glaciación.
Por las eras y millones de años que me anteceden déjame decirte que te amo.
Sergio Astorga
PDT. Por un cósmico momento a tu lado vale la pena tantas eras.
PDT. Por un cósmico momento a tu lado vale la pena tantas eras.
Acrílico/tela 40 x 50cm.
viernes, 19 de diciembre de 2008
Le doy mi palabra

Al entrar me quité el impermeable y lo arrojé al sillón, nunca me comporto así, eso de llegar y aventar la ropa es, como decirle, de mal gusto, un mal hábito, pero ese día lo hice y mire que por algo pasan las cosas, del bolsillo del impermeable cayeron unas hojas blancas escritas en letra bold de 12 puntos, Helvética, fue entonces que me di cuenta que el impermeable no era el mío, yo escribo en Futura Light, escribir en tipos helvéticos, ni soñando. Doña Angustias, ¿le puedo decir así? Lo digo en un afán de respeto, no piense que es por edad, los textos no tienen edad real solo literaria. Doña Angustias, leí lo que estaba escrito, no lo pude evitar, espero que comprenda, nunca pensé que ese texto tuviera una dirección real y que me permitiera escribirle esta carta. Lo leí sentado en este sillón en donde ahora le escribo, es un sillón muy confortable, usted se lo puede imaginar y luego confrontar, si es que algún día quiere visitarme, hay veces es mejor contar sin decir. Me parece que usted usa la segunda persona y eso le da la ventaja de que puede ser alguien que esta dentro o está fuera, puede ser un narrador que conoce o es un monólogo interior, evita usted al narrador omnisciente, que todo lo sabe y todo lo ignora. A veces contar una historia no es solucionar los conflictos, me decía mi abuela, no era propiamente mi abuela, pero como estaba sola y sin hijos decirle abuela era como justificar su vejes, ella lo sabia y le gustaba. Ella aborrecía las historias lineales me decía que los malos libros y las malas vidas don lineales, ponía de ejemplo a mi sobrina Adriana, ella si es mi sobrina verdadera, es hija de mi hermano Fredo y tiene pelo oscuro, disculpe, estoy cayendo en el mismo error, estoy contando datos que no interesan, en fin Adriana estuvo a punto de matar a su marido con un cuchillo de cocina, todos pensaron que era por que su marido la engañaba y sin embargo fue un misterio, ella sólo sabia que tuvo un acto de rabia que la marco toda su vida y esa era su historia. Un hecho que si se explica, muere. A veces el cómo es mejor que el porqué. Los lugares comunes, decía también mi abuela, son mi condena, porque estoy vieja piensan que soy amorosa y llena de nietos y soy amarga, no gusto de los niños y no tengo el cabello blanco porque me lo pinto de castaño. Espero que no le molesten mis palabras y que el texto que escribió, porque usted lo escribió, ¿verdad?. O es usted profesora de literatura y es una tarea de la escuela de uno de sus alumnos o tal vez ese texto es de su vecino y usted indiscretamente leyó. Espero que el impermeable que esta todavía en éste sillón sea suyo y si no lo es, entonces el texto tampoco es de su autoría; en verdad ya estoy confuso. De cualquier manera si usted no se llama Angustias yo ya tengo sus síntomas. Voy a enviar el impermeable, su texto (espero) y esta carta a la dirección que viene apuntada. Si no es usted quién pienso que es, le doy mi palabra que fue muy grato platicar con usted y no pierdo la ilusión de que me conteste. Palabra que si.
El impermeable
Por razones obvias no doy mi nombre.
Sergio Astorga
Tinta china/papel 20 x 30 cm
miércoles, 17 de diciembre de 2008
Horizonte

sin mas tibieza
se reclinará a beber
y de su almohada nacerán
los paseos y la borrasca.
Desmayará al oído del quelonio
y engrosará
la cúpula de su paciencia,
calentado las patas
hiladas del cangrejo,
para morir en el lamento
del pelícano.
Como bálsamo,
la ola peinará sus comisuras,
y prendida como arete,
la caracola parirá murmullos.
El delfín retoza
en la corriente,
avisando que en el juego,
la lucha es apacible.
El coral de rosa reflejará
las palpitaciones de la medusa,
y encallará toda blasfemia marinera.
La tarde dejará la llama
que arde en sus arenas,
y volverá la calma,
al ver al horizonte resguardado.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.
lunes, 15 de diciembre de 2008
Proyección
domingo, 14 de diciembre de 2008
POSADA

Horizontes inflamados
de jícamas estrelladas.
En la mandarina del día
enamorada la lima
se despide de su caña.
Un batallón de tejocotes
ruedan en señal de triunfo,
y de una carcajada pinta
se descuelga la piñata.
Que tu sed tenga posada
y tu árbol pictogramas,
y no pierdas el camino
cuando muerdas la guayaba.
Sergio Astorga
acuarela/tinta/papel
jueves, 11 de diciembre de 2008
Cuando...

desde la ventana de tu casa donde miro
se abrirán de nuevo flores
y un eco de mí quedará siempre.
Cuando el Duero remonte sus caudales,
el olor de mis actos
quedará impaciente
untado a tus quehaceres.
Cuando yo no esté porque regreso
tatuado de ti seré un grano
de sombra devorado y un poderoso
obelisco de abril o mayo.
Cuando el granito
tenga verdes cantos de gaviota,
un dulce brío
sentirás que te recorre,
y el ciclo de memorias
volverá a llenar
el camino de mar que nos separa.
Cuando ya no esté porque regreso
te seguiré llenando de palabras
y un poco de vida quedará
al través de la ventana.
el olor de mis actos
quedará impaciente
untado a tus quehaceres.
Cuando yo no esté porque regreso
tatuado de ti seré un grano
de sombra devorado y un poderoso
obelisco de abril o mayo.
Cuando el granito
tenga verdes cantos de gaviota,
un dulce brío
sentirás que te recorre,
y el ciclo de memorias
volverá a llenar
el camino de mar que nos separa.
Cuando ya no esté porque regreso
te seguiré llenando de palabras
y un poco de vida quedará
al través de la ventana.
Sergio Astorga
martes, 9 de diciembre de 2008
El come Lunas

Cada vez que el infinito se abre como un mineral y la noche enseña una cordillera de puntitos luminosos de oriente a poniente, el come lunas, con un apetito redondo y un paso intensivo, sale de su cáscara, se le olvida el habla y con sufrida sagacidad persigue el haz de luz que danza entre los híbridos verdes del bosque.
Al llegar al estanque, el corazón del sapo comienza su latido de agua; un montón de luciérnagas se marchan y el come lunas, con dos palomas como manos, abre la boca y su aliento de rama machacada, inunda de hechizos atmosféricos las diferentes fases de la luna.
Cuando veas una senda de alfalfa en la cintura de los cielos y diagramas de plata en tus papeles, recuerda que el come lunas esta inflamando sus pulmones.
Sergio Astorga
Al llegar al estanque, el corazón del sapo comienza su latido de agua; un montón de luciérnagas se marchan y el come lunas, con dos palomas como manos, abre la boca y su aliento de rama machacada, inunda de hechizos atmosféricos las diferentes fases de la luna.
Cuando veas una senda de alfalfa en la cintura de los cielos y diagramas de plata en tus papeles, recuerda que el come lunas esta inflamando sus pulmones.
Sergio Astorga
viernes, 5 de diciembre de 2008
Tres Pistas Tres

Un elefante conserva
el equilibrio del día.
¡Cuanta suerte!
Un león se pasma
ante el espejismo amarillo
¡Cuánto ardor!
Un trapecio anual
se columpia ante el vértigo de plumas.
¡Cuánta fortuna!
Cumplir y descumplir,
rutina feliz en el circo
de tres pistas.
¿Y usted qué espera?
En alguna su rutina
puede mostrar.
Tres pistas tres
Sergio Astorga
miércoles, 3 de diciembre de 2008
¿Será?

humores imbatibles.
Una plenitud desoladora,
un pájaro nutrido en festivales;
un sol mal colgado
por el cielo,
una sorda ambigüedad de agua.
Lecciones de cristal
bajo helada luz
al abrazo del otoño.
Paz y heno:
flama que encuentra parafina.
Se escucha la armonía
de las esferas,
molienda de formas
en los negros indefensos,
y en este pecho
y ombligo de arena
alguien me ama
o me derrumba.
Sergio Astorga