sábado, 24 de septiembre de 2016

Vital entusiasmo


Habitan una selva de hábitos. Juegan y transcriben sus conductas animales tan acordes con los juegos de infancia.
El lobo, pasea como en Florencia, el venado, por San Petersburgo, el pájaro, se posa entre las gárgoles de las catedrales góticas; en pleno Paseo de la Reforma, como en pista improvisaba, la musaraña daba saltos elementales.  
Inocentes, no perdemos los pormenores de la representación. Es entonces que exploramos nuestros instintos para que nos salgan colmillos y abundante pelo.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Cada quien su ojo


Dicen que el mundo entra por los ojos. La finitud también. Su mirada era como un candado, rombo y crudo. Todos los martes, como un rito visual, la Señora ojiazul se sentaba en la mesa que mira a la barra. Ella sabía que todos no le quitaban el ojo de encima, hasta el niño de siete años, sobrino de la dueña del café, se petrificaba a su hechizo. No preciso decir que los señores, pródigos en fijar la retina, lagrimeaban lascivos, reclamando la atención de ese azul insensible, concentrado en tomar su té de azahar. Era fácil atisbar que la señora provocaba mal de amores y posiblemente ella, mutilada por el maleficio de algún recuerdo, se quedaba narcotizada oteando no sé que visión amorosa.
Nunca escuché el timbre de su voz, y transido por la imagen, reconozco que el dibujo la retrata, como una Scheherazade de mi psique en un vistazo hinchado de utopia. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Fivécima novena


Algunas columnas fingen fortaleza para sostener el papel protagónico de la luz.

Fotografía:Festa das flores no Redondo, Alentejo, Portugal.      

miércoles, 21 de septiembre de 2016

El Señor Bastos


Apacible de corazón y con esa fértil huída del lugar común, le gusta quebrar la mañana con el desnudo. Por el camina a pasos cortos. Lo hace cuando todos duermen. Todavía no hay noticias de la luz y se restaña su intimidad en esa solitaria huída a la bañera. No hay niñez que lo atormente y se lava todo el cuerpo; raspa ese suelo de los recuerdos con el estropajo y jabón neutro. Su pobreza resbala con el agua y le gusta sentirse limpio para ensuciarse con oficio. Prodigo de carnes, se monta en el día y quizá se le haga tarde para salir a la calle.
A su pesar, el tedio siempre coquetea con el hábito.

lunes, 19 de septiembre de 2016

Vigésima octava


Algunas columnas graban en su cuerpo su propósito.

Fotografía: Rotunda da Boavista, Plaza de Mouzinho de Albuquerque, Porto, Portugal.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

Juego de alcoba


Alza su frente para que la fiebre se escape. Los reflejos acuchillan su cuerpo. De su ojo derecho un enjambre de lágrimas baja por su mejilla. El tiempo no pasa, arde, se consume, pero no pasa. En la calle los ladridos metálicos lo orientan, sabe que es su calle, que es su cama. Ella llega. La siente. Una mano colérica lo despierta. El tiempo se le abre en dos. Jadea. Un labio vacío lo reconforta.

martes, 13 de septiembre de 2016

Cosquillita



Caminante sonoro, tocaba la jarana y remendaba décimas de poetas de poco cacumen. De fandango en fandango, gracias a los baños en el río Papaloapan, tenía un son que rompía las trenzas de los luceros. En Tlacotalpan, una muchacha que en la tarima zapateaba con frenesí, lo encandiló hasta el grado de perder la métrica y la improvisación.
El sobrenombre de cosquillita se lo puso don Anselmo Blanco, patrono del sotavento y la rima consonante. Al verlo tan turulato, le dijo: “se te pegó la cosquilla, a ver cuanto te dura”.
Si lo miras no le hables de amores que a la espalda se le han pegado conchas marinas por corazones.

domingo, 11 de septiembre de 2016

Vigésima séptima


La columna a lo largo de su historia ha provocado influencias luminosas.

Fotografía. Jardim de Santa Bárbara, Braga, Portugal.

sábado, 10 de septiembre de 2016

Furor de mar


Sin remos, alguna barca se hundió en el coral. Los tímpanos se reventaron y un manto de peces lo llenaron de tinta azul. Los buzos marinos dicen, cuando bajaron al fondo del mar, que encontraron monedas de cobre y un llavero con cinco llaves.
Fue en las costas del Mar de Cortés donde se le vió la última vez, su prima Ángela, lo espera en la playa cantando la Barca de Guaymas, ella no sabe del furor uterino que consume a las sirenas.

jueves, 8 de septiembre de 2016

Leoni III



Delineado por la sutil silueta de una fiereza aprendida en las alcobas mas refinadas del reino, Leoni III, inventa alma y cuerpo para que la paja de la imaginación no lo devore.

miércoles, 7 de septiembre de 2016

El Sr. Bacilio


De semblante dulce, apacible como como el sabor del amaranto, el Sr. Basilio, se aparece. Si hay algo que en su niñez pudo aprender, fue ese curvo  principio de asentar bien los pies sobre la tierra. Las huidas, los cambios, los hizo sin bulla, con la discreción del caminante, porque sabe que la llegada es la noticia de otra partida.
Si hay algo de amargo, se lo debe a esas tardes quebradas, estériles, de la culpa. Es pronto para decir que la suma de sus caminos hacen comestibles sus palabras.
Si lo miras, no se te olvide darle un poco de agua, que el éxodo para él nunca termina porque la noche no lo hidrata.

martes, 6 de septiembre de 2016

Vigésima sexta columna


Escondida, cuidando los rincones, algunas columnas se sostienen sabias y olvidadas en sus góticas maneras.


Fotografía: Museu Arqueológico de Barcelos, Portugal

lunes, 5 de septiembre de 2016

El Sr. Paredes


En la espera del vacío el Sr. Paredes, tiritaba. Una palabra, una sola, quería escuchar. Las palabra no llega. No se puede forzar, ella viene con el eco de los nombres. ¿Miedo? Sí, tiene miedo. Miedo a esa luz mala, a cerrar los ojos y no hallar las monedas sonoras del buen eco. Su memoria esta ebria de mil nombres oscuros, mudos.  La inicial de su propio nombre yace sobre miles de fricativas sordas. 
No, el Sr. Paredes, no está solo. Su desgracia se cuenta en todas las bocas. Los ojos del vecindario se le clavan punzantes como un perfume viejo.  

La ausencia, dicen, tiene el color de los párpados y siempre hay compensaciones, por eso el Sr. Paredes se barbea para tener el rostro limpio, para cuando llegue.

jueves, 1 de septiembre de 2016

Septiembre


Una guitarra es un corazón cuando el amarillo anda y un septiembre se amarra a la lengua de palabra. Que no nos falle la tonada en este concierto 
de los días. Que hay un siempre enredado entre las cuerdas y un arpegio de voz que multiplica.