El niño se enojó con mamá porque no lo ha dejado comer tierra. Se puso su camisa nueva, esa que mamá compró para verse niño elegante. Se paró frente al árbol y poco a poco se fue llenando de hormigas. Le subieron en espiral hasta que se les veía pasearse por su cara como en un paseo de domingo. Esperaba que mamá se asomara para verlo, pero fue desolador, ávida del mañana nunca se asomó por la ventana.
ABRAZADABRA
                      -
                    
Aunque lo importante de los libros está dentro, no se puede desdeñar una 
imagen sugerente que atraiga al lector. Dicho esto, quiero co...
Hace 3 horas.


