sábado, 29 de agosto de 2020

Vuelo tomado

 



Llegaron ilesas, pausadas. Ya se sabe como son las aves callejeras, tienen a las palomas disecadas en su memoria de vuelo. Por eso no confían. Los niños de pupilas azules no comprenden pero, esa niña de ojos negros las entiende. Siempre vuelven a su casa, pican, cantan. Se dormían en su mano como si fuera rama. La niña se ganó su confianza y cuando la hojarasca daba otoño las metió en una jaula. 
Cuando paso miro a la niña. Pasea la jaula y canta. Tal vez cuando acabe su infancia si no han muerto de tullidas, abra la puerta un día de sol como el de ahora.

jueves, 27 de agosto de 2020

Agitación

 


Su voluntad no la dobló el acero ni la ruta perdida. Fue la cabellera, nudosa, untosa. Con el desagravio de la piel blanca lo dejó tocar. Llegó al fondo del asunto. Babeante saboreo la ignorante ola que renace. Su marea no cesa y de vez en cuando, cuando la noche se desgaja su sueño de hombre lo guía al puerto donde ella lo llenó de jadeos. 
El mar está picado desde entonces.

miércoles, 26 de agosto de 2020

Sumersión


Desembarcamos al atardecer. La lluvia, la sal, la arena. Nunca fueron soportadas. El puerto de Santa Eulalia, se hunde con su historia.

martes, 25 de agosto de 2020

viernes, 21 de agosto de 2020

El Sr.Trampantojo

El Sr.Trampantojo tuvo el estomago cogido por una hambre que nunca pudo saciar. Fue hombre de una sola mirada. De una sola hora que sonó con esa rectitud que contradice la curva verdadera de la entraña. Su andar fue altivo y un pasado que reposó en cada una de sus camisas. Traía una cólera en los ojos y un vinagre se abotonó en el ojal de sus días. Yo lo estimé, con ese sentimiento de niño que no distingue al pájaro del buitre. Por eso cuando murió, lo limpie y le puse de nuevo esa tristeza en el ojo que le quedó. Le di un abrazo emocionado, lo dejé boca arriba para que la tierra lo cubriera grano a grano.

Sigo emocionado. Digo. ¿Qué podía Hacer?



jueves, 20 de agosto de 2020

Sin trecho

El adobe tiene las huellas primas de la espiritualidad. Se juntan agua y cielo y los nubarrones suenan lejanos. Así estaba la Villa cuando llegaron entecos con paso rápido casi desnudos de cuerpo. Uno alto de ojo azul y  otro bajo con el rostro moreno. No los unía parentesco, pero sí el estilo. Parecían trazos Mondrian a merced del espacio cuadrado. Nada más lejos del barro o del cieno. Hechos de modernidad, de aire neoyorquino. Su espiritual de acero y su nubarrón de boogie woogie. Poco tenían que hacer en un pueblo de cal y trigo. No llegaron en busca del padre, ni de infancias rotas, ni faldas, ni trenzas. Vinieron a curarse, a hidrogenarse y mascar la pedacería de imágenes que provoca el peyote.

El cristal sonó mojado y el instante de vida los ha dejado hermanos.

No por ser rústico, me di cuenta que somos de mundos distintos. Lo que vive y muere tiene que ver con lo que tengo. Ellos, exóticos, se perdieron en el viaje, río abajo.



miércoles, 19 de agosto de 2020

Octogésima octava lección

 

La sombra floral de la bugambilia es de una intimidad que intimida.

Fotografía: Tavira, Portugal.

lunes, 17 de agosto de 2020

domingo, 16 de agosto de 2020

Octogésima sexta Lección

 

Vibrar es tener de por medio una historia de luz en movimiento rotatorio.

Isla de Tavira, Portugal.

jueves, 13 de agosto de 2020

Octogésima columna


Algunas columnas sostienen el sueño de las edades urbanas.

Fotografía: Braga, Portugal. 

lunes, 10 de agosto de 2020

Agosto

 

Las golondrinas llegaron tarde a mi tejado y como sé que la permanencia de los días que le tocan al mes de Agosto son varios y pintos he aquí la puerta que se toca a sí misma.

Por los estragos de los primeros 10 días inmensas disculpas.