viernes, 14 de agosto de 2015

La Señora del Labio de Bigote


La Señora del Labio de Bigote visitaba el santuario de los sacrificios domésticos el segundo domingo de cada mes. De regreso se encontró con Dolores, un monumento labial.

- ¿Tu también? le preguntó Dolores, mojándose los labios.
- Ya ves, uno tiene sus vanidades -musitó la Señora del Labio de Bigote.
- La constancia hace milagros.
- Ya lo veo. Tu bigote esta bien torneado, en cambio el mío - desconsolada, la Señora del Labio de Bigote, se tocaba su bembo.
- No desistas amiguita - le dijo Dolores en un tono de mofa. 
- Mua. Mua. Se despidieron. 

Lo que no sabe esa Dolores es que ya tengo mis ahorritos y el cirujano me dice que voy a quedar un lujo -se fue canturreando la Señora del Labio de Bigote. - Si uno va al santuario a socializar.