sábado, 20 de enero de 2018

El colapso


Hubo una vez un Sr. Edificio que quiso hacerse unas mejoras a su cuerpo y se aumento dos pisos sin considerar que su estructura sedería. Desplomado, luchaba contra su imagen venida a menos. Encorvado, descansa sobre sus hombros la esperanza de erigirse nuevamente. Ha consultado diagramas y solícitos ingenieros y hasta jardineros, que puedan darle algún remedio, algún contrafuerte que le impida llegar al suelo. Desmoronado, no soporta el bullicio de la calle 34 esquina con la 8, que entra sin pudor por las ventanas. Lo que más le importa no es la perdida de altura sino la extraviada intimidad. No hay día que no encuentre rostros nuevos pegados a la ventana. No podemos afirmar que el amor al prójimo le anima. Como siga su decaída, afirman los urbanistas, habrá que convertirlo en parque recreativo para que los niños tengan un lugar seguro a ras de piso. Por ventura, no se piensa en la definitiva demolición.