miércoles, 29 de abril de 2009

Epitafio

Duermevela. Fina luz
que te envuelve, que se muerde
en la voz: en el ronquido
infinito de la muerte.

Horas serenas de tierra
mojada; lira preñada,
mineral eterno: fibra
tensa de mi hueso.

Eso que se empolva es
el cerebro; desnudez
morena que se abra paso


como almendro, como nuez:
en el enjambre sublime
de ser pus en lo terreno.


Sergio Astorga
Acuarela/papael 20 x 30 cm