lunes, 5 de mayo de 2014

Ante un cafecito


Hay horas en que los días se quedaron maternales, donde nacen los cardos y el calor de la hoguera se resbala. Uno se siente en realidad una boca más para el veneno.
Esto pasa y tiene muchos siglos. 
Con mi café en la humeante frente digo: ya fui consumido por el fuego.

Sergio Astorga acuarela sobre papel