miércoles, 30 de abril de 2008

La Llama Doble

Antes que las mejillas se encontraran con claveles.
Cuando el mar era de yodo
y los balcones se llenaban de barcos.
Ya era llama.
Cuando en las azoteas las sábanas tendidas
ignoraban el silbido de los trenes
y la ingle era la sangre del incendio.
Ya era doble.
Antes que el cobalto enterrara la mentira
y el pulso del barro fuera fuego.
Ya prendía.
Antes que los yacimientos de la fiebre
fueran el alimento de la ansia.
La llama doble ya enlazaba.
Y era carne de palabras
y un teatro de gestos
y un sudor en rojo
y un resplandor diluido
en humo en plata:sombra a sombra.
Y luego llegaron los huesos de ternura
y las miradas nocturnas y felinas
y el rencor
y los cuchillos
y las estepas de hambre
al otro lado del asfalto.
Antes que los halcones hundan negros
y la cólera fugaz haga su nido.
Y cuando tengan frío nuestros nombres.
huye y quema, en doble llama,
este árbol que parió la luz primera.
Sergio Astorga


"La doble llama"Acuarela sobre papel, sobre tela (20 x 50 cm.) Alude al libro de ensayos de Octavio Paz del mismo título que afirma: «El fuego original y primordial, la sexualidad, levanta la llama roja del erotismo y ésta, a su vez, sostiene y alza otra llama, azul y trémula: la del amor. Erotismo y amor: la llama doble de la vida».