Hay un dulce beso en esta noche rara. El más humano beso es un hueso blando. No hay reproches en la boca. Ella se levanta, porque el beso en cuestión es entre ella y él. A ciegas se tocan para vivir. Todas las mañas el desayuno a corazón abierto. El beso sabe a Judas, en la gran boca que ha perdido el habla. Él la mira y se muerde los labios. Los mejores besos fueron en esa noche rara. Por eso nunca más volverá a dormir con almohada
363. De antología III - "Mujeres minicuentistas" (2)
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Editora invitada: Lilian Caicedo O.Feroz Paz Monserrat Revillo (España)
En el pueblo no se habla de otra cosa que de la preocupante plaga de
Caperucit...
Hace 2 días.