Algún sentido tiene el vibrar de la cuerda, la tensión del sonido. El regreso de la pausa. No se acaba el movimiento al oírlo. Tratamos de tener ritmo, melodía y poco a poco nos vamos acercando a ese septiembre y tal vez, por acaso, una vianda de placidez apartará las marcha y nos dejará el canto rosal y serpentino.
408. Cosas de Ekuóreo
-
Desértico Fernando Sánchez Clelo (México) Al verla arrojarse al
agua del oasis, corrió lentamente por la arena. —¡Espera, es un espejismo!
—le grit...
Hace 3 días.


