sábado, 19 de diciembre de 2015

Posada en claro


Nada más extraño que la felicidad en todos esos rostros que llegaron a la posada. Bebieron agua de horchata; cantaron villancicos y rompieron la piñata.
En las noches de calor, cuando me duermo, una gotita de sudor me recuerda que no todo es lloroso en esta jaula.