Era un esbozo de caballo. De finas crines y atenuadas líneas. Su forma se repasaba ya con color, ya con esa inseguridad de acertar a su bruta belleza. Nunca conoció más pradera que su propia página, sin embargo, tenía los ecos de los espacios mongoles y de los desiertos de Sonora. Nunca asistió a la doma y los jinetes solo lo miran con recelo y codicia. Su pezuña, esta hecha para estar a resguardo de las tormentas terrestres. Su relincho, es la suma de la las aventuras contenidas y en su lomo se puede ver la reminiscencia de Babieca. ¿Lo notan?
LUCRECIA BORGIA EN GANDÍA
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El 29 de junio de 1500, el papa Alejandro VI sufrió un accidente en el
Vaticano, hubo de guardar cama y quería ser atendido por su hija, Lucrecia.
«Entre...
Hace 2 días.