martes, 25 de noviembre de 2025

Mirada fija

 


Una boca negligente bebía agua con sal y limón. Sin escrúpulos vestía un corbatín amarillo con fistol con la forma de una calavera. Consume litros de infusión de menta. Oculta su mirada en un monóculo de oro. Se despierta al salir la luz del sol. Mira la fotografía de su amada, muerta en vísperas de su aniversario. Su corazón marcha todavía en sus pasos. Recuerda el manjar de sus labios y la sangre saliendo a borbotones por su garganta. 

No sabe dónde poner el dedo meñique que guardó como reliquia. Se lamenta, “debí quemar todo” .