martes, 29 de octubre de 2019

Estancia


Hay días que las horas se quedan maternales, donde nacen los cardos y el calor de la hoguera se resbala. Uno se siente en realidad una boca más para el veneno. Esto pasa y tiene muchos siglos. 
Con mi café en la humeante frente te digo: ya fui consumido por el fuego.