martes, 19 de junio de 2012

La Batalla



Tarquino inventó una historia. Sus batallas, sus pesadumbres; sus instantes de gloria los dibujó en tinta negra y en papel fino. Su daga dejó moribundas a las horas inútiles. Sus fantasmas, como los nuestros, viven sin darnos cuenta, en una realidad quebradiza.

Son intocables y tercos los deseos de perdurar, tal vez por eso, batallamos todos los días para endulzar nuestros rostros.

Sergio Astorga
Tina/papel