miércoles, 14 de diciembre de 2016

Cada día


El higo madura abierto.
Déjame contar.
Por el cuarto baja una luz tonta.
Me mira y se queda.
Hoy llueve y sin embargo 
el día esta tibio en lo alto.
Vuelvo a pensar en el higo. 
Mi lengua se hace agua
como la acuarela sobre el papel blanco.
He tomado baño, ¿te lo he dicho?
El kiosco del periódico
se conforma con las noticias diarias.
Tengo ropa pendiente,
no ha secado, 
y los platos escurren limpieza.
Las gaviotas revolotean, hambrientas, 
y nada las satisface y chillan y fastidian.
Nada te es extraño, lo sé.
Algo me duele.
En algún sitio tu rostro se acurruca.
Me acuerdo del higo, te digo.
No hay edades en tu rostro,
despierta siempre el mismo.
Yo te miro y la luz ya no es tan tonta.
Me crece un sabor como el del higo.
Que nadie me mire con esta ceguera
y vuelvo a pensar con los ojos cerrados
tus manos en mi pecho oculto.
Te digo palabras que invento
y me aprieto a tu voz como a la piedra.
Hay algo cada día
que sabe a higo y a espera.
Antes de que se vaya, 
lo penetro.

Fotografía:  Pela Rua Paseo das Virtudes, Porto, Portugal.

lunes, 12 de diciembre de 2016

Reporte visual


El contraste es la única sensatez que nos mantiene unidos a la imagen.

Fotografía: Sé Catedral. Porto, Portugal.

sábado, 10 de diciembre de 2016

El ojo aséptico


En la explanada que le servía de casa, del árbol de granada pendía una cuerda donde colgaba las cabezas de pollos y guajolotes. Extrañas formas de invocar a los espíritus que sanan las brasas de la enfermedad. Algunos se curaron sólo ver las cabezas colgadas. Otros, ya son ceniza entre la memoria de sus parientes. De los recónditos rincones del mundo llegaban dolientes para consultar al ojo aséptico. Él, se balanceaba y contagiaba a todos los que llegaban a balancearse sobre su propio eje para que entraran en trance. Otras veces les daba sorbitos de té de gobernadora en tasas de peltre. La amargura de la gobernadora, decía el ojo, despejaba las vías urinarias tan necesarias para el buen tránsito de la sanación. Intuitivo y certero, poco a poco su fama de curador aséptico lo hizo célebre, teniendo múltiples seguidores ingenuos que no estaban tocados por la gracia. El ojo curaba, y son testigos 10 mil personas que sintieron el alivio. Quisieron fundar un templo, pero el ojo entró en cólera y se vio por primera vez una nube que enturbio su mirada como si fuera catarata.
Un día desaparecieron las cabezas. Sus discípulos y guardianes cuentan que se fue en busca de Allan Kardec.

viernes, 9 de diciembre de 2016

Estar en el espacio


Sentirse bien en un espacio. Estar a gusto. Es uno de los misterios cotidianos que un pensamiento arquitectónico proyecta. O debería ser uno de los intereses si queremos que la dimensión humana tenga un espacio a habitar y disfrutar. El confort no se se entiende si no evocamos la cueva primitiva, el útero que nos ha gestado. Pero tampoco podemos negar que esa cueva se ha transformado, ha dejado de ser íntima para ser pública. Se ha modificado a la velocidad de los hallazgos humanos en relación al espacio. La arquitectura es la extensión humana de los espacios que se construyen. A veces la estructura o el revestimiento se aleja de esa necesidad orgánica. Habitar y ver un espacio es apartase del llano. Es también reconstruirse en otra realidad. Insinuarse en otro entorno para buscar alivio de la intemperie. Esa es la raíz de la arquitectura, construir y reinventar espacios. 
¿Qué tan lejos esta el aliento del arquitecto de esta insinuación? ¿La perspectiva a domicilio, persiste? ¿Qué geometría hecha de acero o de cristal forman el espacio comestible?
Las transfiguraciones no pueden ser celdas, no se puede olvidar que la puerta del espacio esta en la forma que lo construye. La arquitectura que no conversa con el otro, el que mira y habita los espacios, sólo ronda el soliloquio de los contratos de gabinete.
El espacio está siempre en nuestra condición, entrar en él, ensalza el volumen de lo humano.

Fotografía: vista de Ribeira desde Vila Nova de Gaia. Porto, Portugal

jueves, 8 de diciembre de 2016

En círculos


Con la manía de perseguir su curvatura en las tardes frescas, el círculo se llena de inquietos bichos amorosos. Se escuchan los arrumacos como gotas sordas y huecas. Se abrazan, y de sus pómulos se logra ver el encarnado resplandor y ese fino liquido caudal del apareamiento. Hay un poco de rito solar, por lo caliente del júbilo y la descomposición de las ganas. Dentro del circulo se rinde el labio y las convulsiones subterráneas se coagulan de entraña y se disipan en el beso. El rojo los circunda y parece que la pesuña es hospitalaria cuando la desnudez reposa. Como escudo para el olvido la penetración se aterra en la humedad del círculo y es fértil el giro y es rotundo el regazo de las esferas. No hay titubeos cuando dos bichos se aman en círculos. Curvos y errantes se circundan.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Mi Reina


Desterrada de la arena todo era azul en su universo. El tridente triunfante guarda el secreto submarino de su quemadura. En las orillas atardece el canto lúgubre y las medusas esparcen el semen verde. Ella, cabalga en una ola  y desde las islas, el agua roca se consumen las horas sin refugio.
El tacto y el silencio han hecho su mirada fría. Si te la encuentras nunca la llames por su nombre, solamente dile: mi Reina.

martes, 6 de diciembre de 2016

Trigésima séptima columna


Algunas columnas sostienen puentes, otras, paisaje.

Fotografía: Vista del Ponte Dona María Pia, Ponte São Joao, Ponte do Infante Dom Henrique, Ponte do Freixo.Porto, Portugal.

lunes, 5 de diciembre de 2016

En Sr. Prado


En el Sr. Pardo se adivinaba una nostalgia vitalicia que aderezaba con pequeños grumos de mostaza sonora. Su habitación, siempre en penumbra, le brindaba esa sensación dulce de cuando los ojos vislumbran las cosas y las recrean. Le gustaba bailar y escribir en las servilletas estribillos que murmuraba sin cesar. Tenia el cuello largo y los ojos rasgados. A mi me caía bien, lo veía llevar el ritmo con los pies y tamborileaba en la mesa sin parar con la mano izquierda y con la derecha tomaba a pequeños sorbos una copa de vino. Yo lo miraba largo tiempo, él se daba cuenta pero disimulaba acelerando el compás y moviendo la cabeza como afirmando que se había dado cuenta que yo siempre lo observaba. Un día, me acerqué y le invité una copa. Él se quedó mirando fijamente el anillo de barro que llevaba en el meñique, regalo de mi prima Ágeda. Un gran suspiro recibí como respuesta y una vidriosa pena se hundió en su pupila.

jueves, 1 de diciembre de 2016

Diciembre


Hemos visto el borde del silencio ser llevado en melodía todo un año. Hemos aprendido a silbar la tonada en medio del escenario y hemos dado la nota alta, un poco ronca, pero ebria de sonoridad en el bajo continuo del pecho.
El acorde final del año está con nosotros y una fama íntima se llena de humedad.
Abrazos.

miércoles, 30 de noviembre de 2016

Caras dos


En el desfile de los instantes tenemos, por fortuna, muchas formas de verlos y medirlos. Los tránsitos presentes o futuros, *“el cansado amor que llegó tarde o el viejo dolor que no ha salido” Por eso ya con codos, ya por el discurso solar, ya por leguas o cuerdas o nudos o piedras o llantos. Medimos sin mesura todo el tiempo, ese que se escurre, que se prolonga como biología o como símbolo.
La antorcha cita el verso de la letra y el dibujo en ese balcón imaginario. Por eso muchas faces tiene el viaje y cada una de ellas también es una marca. Por eso siempre a deshoras, Las caras de los Antojos se adelantan y entre los embutidos, el maíz y las couves de bruxelas (coles, repollo) se muestran indecorosas ante ustedes. 
Si quiere pasar el tiempo con caras y gestos, sólo tiene que decirme, toser un poco y encomendarlo. 

* “Dos puertas” Enrique González Martínez.

martes, 29 de noviembre de 2016

Violino solo


Se filtra el recuerdo de Henryk Szeryng cuando una cuerda de violín se tensa. Los hombres en el exilio se desdoblan en un arte casi de agricultor que busca echar raíces en el viento, así llegó Henryk de Polonia a México en 1918. Porque viene tu figura amable te evoco, casi te miro, junto a Bach en la 6 sonatas cuando el Palacio de Bellas Artes era mi casa y soñaba ser músico en esa intimidad desconocida que aparece cuando un vivace interrumpe en altas horas de la tarde.
Nada tan inútil como la evocación, no tiene futuro, se consume en el instante, como el hoy del ahora.

lunes, 28 de noviembre de 2016

Ella, la nueva


Reclinada su belleza cuesta arriba ella se impone así misma y de su polo magnético le presta al mundo las musitaciones y es entonces audible el despertar, la respiración y los nombres. Ella sabe que la fiebre es jugosa al pasar en la memoria los gestos del deseo. Prodigiosa levanta el brazo para señalar la inútil presencia del macho. Ella sabe que nunca perderá su ella para enloquecer por nada. Las maneras han cambiado y el que no lo sabe se perderá como un chorro de agua delante de un abismo.

domingo, 27 de noviembre de 2016

Dora luz


Algunos domingos la luz es terrenal y dorada como el trigo. Dormir en tu silencio. Es lo que pido.

Fotografía: tarde de luz en Guimarâes, Portugal

viernes, 25 de noviembre de 2016

"Las caras de los Antojos"


Ponerle buena cara a la vida aunque nos tunda es la fatiga de todos lo años, por eso el Abarrote no se desanima y lanza, para emparejar el empedrado, su Calendario 2017 “ Las caras de los Antojos”.
A cada mes una cara, un semblante, un humor para seguir o contrariarlo.
Si algo gusta el Abarrote es ofrecer, producir momentos a toda hora, así es que no se cohiba y pida su calendario, que lo enviamos a todos los lugares donde se sigan contando los días y semanas. 
No crean que me sumo al Black Friday, no, es la urgencia de decirles que ya estamos listos para los abrumadores pedidos y tener tiempo para agradar a la estimable clientela.
Así que ya lo sabe, no ponga mala cara y pida su Calendario 2017.

jueves, 24 de noviembre de 2016

Conclusión peatonal


No cabe duda que caminar por la ciudad el aprendizaje es continuo. Los días útiles tienen una duración máxima de dos horas y hay que pagar por eso. ¡Claro! existen zonas inhóspitas que es mejor no aparcar.

Fotografía: Pela Rua Antero de Quental, perto da igreja de Lapa. Porto, Portugal

miércoles, 23 de noviembre de 2016

Lluvia entre calles



Llueve. La calle se ata a su cuerpo, soñando la ciudad que le nace.
Su piel es dura. De asfalto. ¿Tendré que describirla?
Todos saben a lo que huele. Los nombres de cada calle pertenecen al que la habita. El humo de las alcantarillas, los rituales del ruido, del incesante ruido: su retrato. Sus huellas son un desfile interminable.
Las esquinan enloquecen cuando ven un paraguas. La calle es un fragmento de ese íntimo lugar ausente. También es la postal que deja el rastro visual de una raíz que ya olvidamos.
Llueve. Todo el tiempo.

martes, 22 de noviembre de 2016

lunes, 21 de noviembre de 2016

Manolito


Del bolsillo izquierdo del pantalón, Manolito sacó un bicho verde con grandes antenas y cinco pares de patas largas.

- ¡Saca de aquí esa cosa! -dijo mamá.

Mamá se enoja siempre, y tiene razón, una vez Manolito trajo en un frasco una lagartija enorme. Cuando abrió el frasco, la lagartija, aterrada, salto a la cara de mamá. Se oyeron gritos y después lágrimas. 
Manolito, no entiende y sigue trayendo sabandijas. A mi no me regañan ni me gritan, yo prefiero comprar dulces, en las tardes saco del bolso de mamá unas monedas, ella ni se da cuenta. Hay que ser listo.

domingo, 20 de noviembre de 2016

Referencia


Andar por senderos, siempre movedizos y esquivos en la ciudad que habitamos; nos consuela ver en la ventana cerrada dos puntos rojos vitales, suspendidos en diminutas macetas, para pensar que cuando se abra la ventana una desnuda caricia nos espera. 
Referencia lejana de cuando teníamos la certeza de llegar a buen puerto. 

Fotografía: por el Passeio das Virtudes, Porto, Portugal.

viernes, 18 de noviembre de 2016

As


Una noche al doblar los naipes se encontró el As. Descendió a ese sótano; a esa llama que lo abrazaba. Desde entonces navega ufano, rompiendo a llorar porque la suerte es un escombro entre los otros.

jueves, 17 de noviembre de 2016

Trigésima sexta columna


Algunos conceptos se estiran tanto que se transforman en barrotes.

Fotografía: Pela rua dos Mercadores, Porto, Portugal.

martes, 15 de noviembre de 2016

El Sr. Casas


Como si fuera un lebrel de su espacio, el Señor Casas, vivía como duro pezón, como estatua que nunca se mira acorralada en su hieratismo. Un cerrado huerto de paredes pintadas en blanco donde se derriten algunos retratos de familiares y amigos, y esa sombra ausente de los insectos, lo colman. Ni rencor ni silencio se perciben en sus hábitos. De noche, como agua nocturna, limpia los malos pensamientos de la huída para recuperar esa armonía de su orquestada vida. Es un paseante de interiores, un angélico de sus propias nubes. Fortalecido desde pequeño por unos padres que le dieron su agonía como llama, él, dulcemente se dejó llevar por sus inclinaciones y nunca levantó la voz con queja alguna. Se casó sin aspavientos para enviudar con esta tranquilidad luminosa de la aceptación. Desde entonces viste de blanco y los ceniceros se vaciaron. Ahora sólo habita el espacio de su propio nombre. Mastica un estilo austero y en su mesa se exhibe el buen pan y el tazón caliente con la sopa de verduras.

lunes, 14 de noviembre de 2016

Decantar


El paisaje sólo es tangible en el latido del ojo que lo mira. La luz descubre los confines para que el viento anide con su tacto de memoria. Inmóvil, la extensión se gastará ahora en la república de las imágenes por venir.

Fotografía: vista de Riveira desde Vila Nova de Gaia, Porto Portugal.

domingo, 13 de noviembre de 2016

jueves, 10 de noviembre de 2016

Minimal


El Señor Minimalista nunca tuvo ese brusco despertar de la consciencia. Pocos rasgos lo escrutan y su abismo cotidiano ni lo asombraba ni lo perturbaba. Se acomodaba en cualquier rincón y dejaba pasar las tempestades de la realidad, esa que estaba afuera de su contorno. En su lecho, como un reptil en asecho, se exhibía. Nunca se vio persona mas deshabitada. Sus compañeros, monederos falsos, lo velaron a los 30 años de de su edad. Celosos de cumplir su último deseo, una simple estaca le sirve de epitafio.

lunes, 7 de noviembre de 2016

Pupilar



Algunos reflejos están celosamente en custodia para que la mano no los toque.

Fotografía: algún reflexo pela Rua de Santa Catarina, Porto, Portugal.

domingo, 6 de noviembre de 2016

Ante la cámara


Se abrió paso entre la multitud, se apoltronó hasta la primera fila, sacó su cámara fotográfica y pidió a todos que posaran, vamos, que pusieran su mejor cara. 
La querida Rita se enredó como era su costumbre tratando de juntar las malas lenguas con la suya. Sentado, el abuelo, mostraba sus únicos dos caninos. La tía Junita, lucía su melena rubia oxigenada y un poco sorprendida, enmudecía ante la indiferencia de la concurrencia. Como pez en el agua el el joven Basilio, iba de un lado a otro, no encontrando lugar para la pose, por eso salió de perfil.
Revisando la fotografía, encontró dos personas que le eran desconocidas. Preguntó. Le dijeron, entre las risitas de mamá, que se quedara quieto y olvidará, que ante la cámara todos nos transformamos.

viernes, 4 de noviembre de 2016

Trigésima quinta columna


Algunas columnas escenifican, todavía, el eco de la comedia en la tragedia de todos nuestros días.

Fotografía: Anfiteatro, Mérida, España.

martes, 1 de noviembre de 2016

Noviembre


Noviembre me gusta para untar el aceite en árboles desiguales, poner las dudas en tumbas semejantes y dejar en orden los cráteres del pensamiento. La melancolía de lo ya bebido se improvisa en Do.
De lejos nos llega esa melodía tan sola que hace bulla entre los huesos de los días.
Busquemos la llave de Sol de nuestra celda.

domingo, 30 de octubre de 2016

El Sr. Berenjena


Como si fuera un buen endecasílabo, dejó su huella en el papel para que imaginemos el lugar que ocupa en el mundo.

viernes, 28 de octubre de 2016

El idiota


Corrían años actuales y una queja se escuchaba, tipluda, desmembrada - ¿No entiendo porqué me partieron la nariz? Soy simpático, ocurrente, bebo mucho pero bien, no ensucio mucha ropa. Ella me tiene que obedecer, es lo correcto. Hay que tener educación, digo. Ella está para servir, todo mundo de bien lo sabe. Es en verdad un atentado, es no entender al mundo. Golpearme a mí, que soy todo dulzura y diplomacia. Tengo mi parte buena y generosa, ¡claro! hay que descubrirla, hay que esforzarse, no todo es así de fácil.
Cómo dice el tango, el mundo es un desatino, mira que hablar de igualdad. ¡Ay, qué tiempos!.

jueves, 27 de octubre de 2016

martes, 25 de octubre de 2016

Circunferencia


Cuando sobran las miradas
los signos comienzan. 
Escribo el círculo
para no escribir tu nombre.
Para que que exista el aire,
para que la huella crezca
en círculos, 
como el humo
como la voz,
como la luz,
espacio no tocado de tan puro.

Fotografía: Algún muro en las Ruas do Porto, Portugal.

jueves, 20 de octubre de 2016

Trigésima cuarta columna


Algunas columnas se enlazan como collares en el cuello de una dama.

Fotografía: Fonte Mourisca, obra de 1922, realizada pelo escultor José da Fonseca. Sintra, Portugal.

martes, 18 de octubre de 2016

V Microconcurso



Se escuchó un barullo. La caída de un paquete por la boca del buzón de la puerta. Cartero en los oídos. Bajo las escaleras, me apresuro, el ansia me enturbia. Al abrir el paquete me encuentro con el librito: V MICROCONCURSO de la MICROBIBLIOTECA.
En el mes de octubre, presente lo tengo yo, el texto: Compás de espera llegó a la final.
Con la satisfacción en el occipital, silla turca y puente de Varolio, les doy cumplidas gracias por enviarme el libro que recopila a todos los finalistas y ganadores.


domingo, 16 de octubre de 2016

El Sr. Banana


Su figura se resbala entre la multitud como impulsado por el potasio. Camina a buen paso y no le estorba ni su gran nariz ni ese hábito de escupir a cada momento.
Padre de tres hijos y actuario de oficio, se sentía vivo, agasajado, hasta que decidió oxidarse.
Un día abrió la ventana de su cuarto y le gustó ese golpe de viento en su nariz. Desde entonces pasa largas horas olisqueando. Se ha hecho tan experto que sabe calcular la distancia y velocidad de los aromas.
Yo me pregunto si no se ha dado cuenta del tono marrón que le baja por la frente.
¿Quién se lo dice?

viernes, 14 de octubre de 2016

La ilusión de subir


Las escaleras eléctricas son fascinantes. Provocan la ilusión de que el subir, no requiere esfuerzo.

Fotografía: escaleras en el metro de Porto, Portugal.

jueves, 13 de octubre de 2016

miércoles, 12 de octubre de 2016

Semana inglesa


El lunes fue de ensueño. 
El martes la desbordó.
Miércoles y jueves sirvieron de diques.
El viernes se consuela.

martes, 11 de octubre de 2016

Trigésima tercera


La columna y la pilastra conviven en diferencia. La primera sustenta y la otra ornamenta.

Fotografía: Hospital de S. Marcos, (detalle) Braga, Portugal.

domingo, 9 de octubre de 2016

Maraña


En su perímetro 
reseco 
había un cuerpo.
Un muelle.
Un pegajoso rostro
afilado a su voz borrosa.

Ritual de alfileres
es su historia.
Un peso de humo,
un ritual pegajoso.

Una letanía de líneas
marca en el frío
un duelo pegajoso.

Un grano de sal
en el aliento
que se arrastra.


De su espalda
resbala,
al fin orilla,
ese deseo 
pegajoso
y dulzón 
de tu recuerdo.

sábado, 8 de octubre de 2016

Trígesima segunda columna


La columna de los mensajes tienen el sustento equino y palomar.

Fotografía: Corcéis, de João Fragoso, Praça de D. João I, Porto, Portugal.

jueves, 6 de octubre de 2016

El Sr. Sins



El Sr. Sins vende hamburguesas en la travessa de Cedofeita. Suculentas, carnosas; no deja de incitar pasiones gustativas y despertar a ese animal ajeno que respira a nuestro lado. El cuchillo obedece el mandato y con carnicero apetito, destazamos a la víctima, tan pasiva en el pequeño plato.
Sin embargo, el Sr Sins, se retuerce, iracundo, al ver que nadie lo mira y su mal humor avanza en su propia carne. Todos los cuerpos se han vuelto sus enemigos. Todos a coro, compadecidos, le han dicho que cambie de género, que se dedique al pescado o al vegetal. El Sr. Sins, no cede, la carne le provoca un éxtasis severo. 
Ya le es insoportable estar al frente del negocio, por fortuna, alguien alarga el brazo hasta el cuchillo

miércoles, 5 de octubre de 2016

Trigésima columna


Algunas columnas escenifican el ardor de la representación de los nombres perdidos.

Fotografía: Teatro romano en Mérida, España.

sábado, 1 de octubre de 2016

Octubre


Con los dedos se toca la misteriosa voz de octubre. Inmóvil se atempera entre cuerdas dulces y cenizas de alcoba que caen en gotas neutrales para hacer sonido y voz para el canto. Lo que estaba dormido se despierta y una intensa partitura redobla el paso.

sábado, 24 de septiembre de 2016

Vital entusiasmo


Habitan una selva de hábitos. Juegan y transcriben sus conductas animales tan acordes con los juegos de infancia.
El lobo, pasea como en Florencia, el venado, por San Petersburgo, el pájaro, se posa entre las gárgoles de las catedrales góticas; en pleno Paseo de la Reforma, como en pista improvisaba, la musaraña daba saltos elementales.  
Inocentes, no perdemos los pormenores de la representación. Es entonces que exploramos nuestros instintos para que nos salgan colmillos y abundante pelo.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Cada quien su ojo


Dicen que el mundo entra por los ojos. La finitud también. Su mirada era como un candado, rombo y crudo. Todos los martes, como un rito visual, la Señora ojiazul se sentaba en la mesa que mira a la barra. Ella sabía que todos no le quitaban el ojo de encima, hasta el niño de siete años, sobrino de la dueña del café, se petrificaba a su hechizo. No preciso decir que los señores, pródigos en fijar la retina, lagrimeaban lascivos, reclamando la atención de ese azul insensible, concentrado en tomar su té de azahar. Era fácil atisbar que la señora provocaba mal de amores y posiblemente ella, mutilada por el maleficio de algún recuerdo, se quedaba narcotizada oteando no sé que visión amorosa.
Nunca escuché el timbre de su voz, y transido por la imagen, reconozco que el dibujo la retrata, como una Scheherazade de mi psique en un vistazo hinchado de utopia. 

jueves, 22 de septiembre de 2016

Fivécima novena


Algunas columnas fingen fortaleza para sostener el papel protagónico de la luz.

Fotografía:Festa das flores no Redondo, Alentejo, Portugal.      

miércoles, 21 de septiembre de 2016

El Señor Bastos


Apacible de corazón y con esa fértil huída del lugar común, le gusta quebrar la mañana con el desnudo. Por el camina a pasos cortos. Lo hace cuando todos duermen. Todavía no hay noticias de la luz y se restaña su intimidad en esa solitaria huída a la bañera. No hay niñez que lo atormente y se lava todo el cuerpo; raspa ese suelo de los recuerdos con el estropajo y jabón neutro. Su pobreza resbala con el agua y le gusta sentirse limpio para ensuciarse con oficio. Prodigo de carnes, se monta en el día y quizá se le haga tarde para salir a la calle.
A su pesar, el tedio siempre coquetea con el hábito.