jueves, 5 de agosto de 2010

Para Safo

Porque no esta dispuesta
el corazón a beber su propia sangre,
los ríos se detienen en las piedras
y tu cuerpo gracioso se me escapa.
¡OH! dulce pie soberano en la alcoba,
ofrenda pura del sueño;
escucha las suplicas de las riberas,
de los olmos, de las liras del guerrero.

Toco la puerta y no sales.
¿No podré beber la aurora?

Yo que navegué hacia Troya
me quedo sin arte
bajo el agua de tu almohada…
Vamos, tócame vuelve a ser el higo
fresco de mis ramas.
Sergio Astorga

Acuarela/papel 20 x 30 cm