jueves, 25 de abril de 2019

Soliloquios en tiempo real



Pensaba que la flecha del tiempo era lineal, que no tenía retorno, por eso tenía diferentes relojes.
La repetición era su solución. Si media el movimiento tenía la precisión de su paso. Sabía que perdía segundos de acuerdo al reloj. Sabía la hora pero no sabía qué era el tiempo.

-¿En otra ciudad o país sería el mismo tiempo? Si voy y vengo ¿cómo coordinar el momento en la distancia? ¿Cómo sincronizar? ¿El tiempo es igual en todas partes? No. El tiempo es privado. Hay tiempos según me muevo. Por eso cuando recuerdo creo que voy hacia atrás pero también puedo ir para adelante. Todo lo que transcurre tiene tiempos distintos. 

Por eso colecciona relojes. Para unificar su sensación de presente que se sucede una y otra vez. Sus momentos se alinean y esa ilusión lo hacía sentirse a gusto, cómodo en su breve espacio vital.

- Una paloma vuela en este instante, al mismo tiempo que el tren llega a la estación, los niños en la escuela. Todo es simultáneo. Mi experiencia se congela. El pasado como el futuro están en el mismo tiempo.

Ahora lo veo flotar, levitando. El vive en el último piso y yo en el primero, tal vez por eso mi reloj de pulso no coincide con los suyos. Estoy confuso, lo que es ya no es y lo que será ya fue. La flecha del tiempo también tiene retorno.
Todo lector lo sabe.