martes, 11 de junio de 2013

LECTURES D'AILLEURS



Me gusta pensar que la realidad tiene varios antifaces y cada uno de ellos surte de muchas voces que explican al mundo. Estos antifaces son los idiomas. Yo llevo el antifaz del español, con el intento descifrar lo que veo y pienso. Ahora, traducir es disponer de otro antifaz que envuelve y  crea espirales que respiran con otros sonidos que rotan, enlazan y dispersan  otra duración, otra realidad también interpretada por signos.
Este abarrote se llena de garbo y, gracias a los buenos oficios de Gemma Pellicer, que entrelazo los antifaces me puso en contacto con la labor esplendida de Caroline Lepage (Catedrática de la Universidad de Poitiers) que dirige el proyecto de traductores del francés al español. 

Como ellos lo dicen:

“Movidos por el deseo y la ambición de compartir su pasión por los universos culturales y los imaginarios de España y de América Latina, los traductores, traductores en práctica y traductores estudiantes de Tradabordo le invitan a descubrir esta antología virtual de cuentos y microrrelatos”

Y con ese deseo han traducido cinco textos que los invito a leer (aquí) así como la lectura de las respuestas a las preguntas realizadas como una pequeña entrevista al final de los textos.

Mi gratitud en español es grande.

Buscar el cauce, el sueño de la palabra en dos mundos, es también perseguir como suena lo invisible.

Un ejemplo:

« Le fruit »

Quand, à la lumière des siècles, l'appétit provoqua la ruine et que l'obscurité fit couler la sueur sur les fronts et infligea des douleurs d'accouchement aux destins, le fruit, lui, continua de grossir, rouge et sain. Arrivèrent alors des oiseaux de proie, des carnivores pestilentiels et des bipèdes arrogants. Aucun ne put ni rassasier sa faim ni dormir paisiblement. Alors que désenchanté, le soleil poussait désormais le monde, une minuscule bestiole gourmande, mi-chenille mi-reptile, dont le corps était froid et collant, sortit et, sans préjugés, vint se poster sous le fruit avant de déployer sa langue. Depuis, les monstres marins insistent pour de nouveau raconter leurs histoires.


Sergio Astorga
Traduit par Caroline Lepage et Delphine Texier
(Université de Poitiers)
(Pour le compte du blog de traduction Tradabordo)

El fruto

Cuando el apetito causó la ruina a la luz de los siglos y la oscuridad dejó sudores en la frente y dolores de parto en los destinos, el fruto siguió engordando rojo y saludable. Llegaron aves de rapiña, carnívoros pestíferos y bípedos arrogantes. Ninguno de ellos pudo saciar su hambre ni dormir tranquilo.
Cuando el sol empujaba al mundo ya con desencanto, salió, goloso, un pequeño bicho mitad oruga y mitad reptil, con el cuerpo frío y pegajoso que, sin preconceptos, se apostó debajo del fruto y desarrolló su lengua.
Desde entonces,  los monstruos marinos quieren volver a contar sus historias. 

Sergio Astorga