miércoles, 18 de noviembre de 2009

Ofenda para Blanca Miosi y su Mundo

Para Blanca Miosi

En algún árbol se encuentra la tibieza,
las flores rompen sus capullos
y el estanque, agua día, gotea.

Nada vuelve y permanece.

Los rostros se vacían en el gesto
y la nube de palabras crece y cae
como de lluvia en ausencia.

Viracocha se incendia sin quemarse.

La piedra imagina su erosión
a la sombra del puente
y el mundo es una blanca mirada.

Se desvanece el olor colgante.

La casa respira al viento,
la semilla madura al sol
y el verde mese con tacto la hoja.

La perpetuidad en la montaña duerme.

Sergio Astorga
tinta/plumín 20 x 30 cm.