Bajo el puente, el hombre Diógenes, se petrifica como la mujer de Lot. El río sigue su curso indiferente a la luz de los pensantes. El día como el acero, deja suspendida la visión como esa monótona letanía de que todo pasa. La luz es tan limpia que guardamos en la memoria ese rostro que sólo tiene vida cuando se detiene. “Aquí estamos” nos decimos, para unir la voz con el silencio.
DEDICATÒRIA DISONANT / DEDICATORIA DISONANTE
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Moltíssimes gràcies a Sara Coca pel donatiu de l'exemplar dedicat del seu
últim llibre de microrelats.
Esperem que ens pugui tornar a visitar alg...
Hace 2 días.


