jueves, 5 de diciembre de 2013

La coherencia del mañana


Repentinamente las dio. No tuvo mérito. Una parte de su tragedia se basaba en su capacidad de adelantarse a todos. Aparecía en cualquier reunión y arrebataba las miradas. Por razones obvias, despertó enmarañados resentimientos.
Se fue asfixiando poco a poco ese aire de triunfo y el mantel de las frases incendiarias se fueron apagando entre copas de vino. No hubo venganzas entramadas. Ni frívolas disculpas. Esa mañana, como una red de prefijos que se van a amontonando, tuvo que darlas.

Nunca más volverán sus pies a pisar con firmeza.


Mixta sobre papel 20 x 30 cm.