Se diría que la noche fluye plácidamente. Todos están en el secreto de la palabra pensada. La constelación del deseo, mirándose a los ojos de la oscuridad. Se atreven a sonreír. Súbitamente la codicia los asalta. Se paralizan y mudamente palpitan. El ruido de la calle exprime el zumo de la lobreguez. Nadie se atrevería a no tocarse. Manosean la escala del verbo fundir. Rinden sus frentes en el pubis de las mujeres.
La noche se cierra como el diccionario. Las lenguas de fuego pronuncian malas palabras. Letras doradas representan su encarnación entre mortales.