jueves, 24 de septiembre de 2015

Es cuestión de dieta



Volando con la cintura enredada en la nube, así como se pega un son jarocho, como décima improvisada para enterrar las miradas rencorosas. 
Sin esfuerzo, se elevó como pretendiendo desesperar a los que estamos amarrados a la carreta de tierra.
Un niño con la palma de la mano abierta mostraba semillas con tal de que bajara. 
No hagas eso, le ordenaron. No ves que si baja tal vez ya no quiera subir. 
El ave dio dos vueltas en un alarde aerodinámico y se perdió entre las copas de los árboles.
Todos los días el niño regresaba con diferentes semillas en la mano. El ave lo ignoraba, daba dos vueltas y se ocultaba.
Cuando el niño se cansó de traer semillas en la mano y al ver que el ave seguía girando y girando se puso triste. Nadie le dijo que esa ave comía pescado.