viernes, 23 de abril de 2010

Libro caído

He nacido hoy con las alas abiertas como un libro. Mis hojas son de geología meteórica y mis genitales son de aire. Como prólogo diseminado mi signo es el vuelo. Al ojo del lector soy como el cereal germinado en una mente. Como oro disperso cambio de rostro cuando llego, y el sonido metálico de algunas silabas silban como espirales noctámbulas.
Mis plumas son férreas. Una cuerda tensa y un áspero rocío en días estériles me inclinan hacia un lado o hacia el otro.
Como espuma de vuelo, la hebra de la historia duerme a los pies del águila y del estruendo.
Si los caminos se visten de oquedades sonoras, no se encandilen, son maderas de otros vuelos.
Mil años de altura me devoran de palabras. Me quieren mirar y descifrarme pero, se despeñan. Voy machacando el alimento en las bocas vacías, sin crueldad, con pedagogías fonéticas del aire.
Estoy sometido a la ráfaga y a la espera. Sigo vibrando colgado del cielo y la blancura, con ese animo tenaz de pajarero.
Sin embargo, transparente, hoy he caído, reuniendo mis alas como un libro.
Tal vez mañana, vuelva a ser azul mi territorio.

Materia de los céfiros.

Sergio Astorga


Tinta china/papel 20 x 30 cm.