sábado, 19 de enero de 2019

Prisión de largo instante



El instante, se diría, que fluye en el secreto inmóvil, ardiente. Nunca cede a la presión externa. El río de la calle no perturba esa aldaba de bronce fundida en nuestra frente. El instante se cierra en la libertad del juramento de ese grito que se escucha cien veces, cien: aquí no entra nadie.
Los nombres se adhieren para confundir la realidad que los modela. Entonces, algo que no somos nos crece al entender que por instantes, somos presente.