sábado, 15 de mayo de 2010

Vuelo a la baja

- Oye, hoy vuelas.
- No, revuelo. Los vientos están fríos.
- Yo tengo mis plumas lastimadas.
- Acurrúcate en el sauce, así se confunden tus malestares.
- No debo, yo nací para volar.
- Pero hay momentos, que ni la alondra de luz por la mañana despierta.
- Lo sé, mas bien lo presiento. Nunca he tenido la certeza de nada, ni cuando en mi primera práctica de vuelo estaba segura de querer seguir en este reino.
- Ser voluble es tu problema, confundes la inestabilidad sentimental con el sentido crítico. Asume lo que eres.
- Tu porque eres fatalista, pero yo no, aunque vuele no soy libre, a veces el azul me marea y tengo que buscar el verde para no desmayar.
- Tu lo has dicho: naciste para volar. Acuérdate de aquel que dijo que los pájaros cantan, cantan, y que todo su entendimiento es su garganta.
- Yo no canto.
- Por eso. Además quién te dijo que cuando vuelas eres libre. Uno siempre esta preso, ahíto de uno mismo.
- Hablas como ave negra.
- "Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo, y más la piedra dura porque esa ya no siente..." Me dijo un vez una ave canora.
- Entonces que hago.
- Nada. Tu entendimiento esta en tus alas.
- Entonces. ¡Volemos!

Sergio Astorga

Tinta/papel 20 x 30 cm