Por la calle número dos corrimos a la puerta y sólo encontramos el fémur del muro. Sacar los huesos en un cerrar de ojos es como contar cien veces. Que suerte es ver el mapa detrás del espejo. La angustia es detenerse. Confundir la imagen con el viento notable.
Anestesiado miré sin mirarte. El goce de sentir doble, es como tener las venas abiertas en diamante.
Mi voz es nada en la doble sombra.
El dos prolonga nuestro abrazo aunque no lo sepas pero, lo supones.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario