Desde la alcoba tibia y oscura las cortinas se reflejan en los espejos. La forma de los cuerpos se unen en silencio. El hueco que queda cuando te incorporas lucha con el espacio del presente. Se quedan aturdidas las preguntas cuando, después del sueño, luchamos por lo que nos separa. La herida cicatriza entre el día, como si fuera de día.
Lo sabemos y no por eso dejamos de mirarnos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario