sábado, 20 de febrero de 2021
viernes, 19 de febrero de 2021
jueves, 18 de febrero de 2021
Por los bares del sur
Todos llegaron del sur buscando motivación en la crudeza de los cielos. Artos de brindar bajo los cielos azules emprendieron el paso. Subieron al avión con mochila, un par de mudas y una Tablet. Pasaron la aduana sin problemas, algunas lágrimas de plástico rodaron por la escalera. Con sangre fría tomaron el autobús. Hicieron cuentas. Decidieron tomar un cuarto de hotel con tres camas. Una de las ventanas daba a la avenida. Salieron a comer una sopa de tripas y dos copas de vino tinto. Se miraron y no supieron que decirse, tan estrecho era su plan que se dijeron que no. Se rompieron los monólogos y aprendieron que la aventura cambia de conversación cuando llega a su destino. Como el aire rancio resucitaron al pagar la cuenta. Sacaron su pasaporte. Hay quien dice que cada uno se fue por su lado. La verdad, los han visto desafinar por bares del sur. Esos que se encuentran en las afueras de la ciudad cerca de los tiraderos tecnológicos. Siguen desafiando su tatuaje de viaje con ese recogimiento de los fracasos continuados.
miércoles, 17 de febrero de 2021
Por los caminos
martes, 16 de febrero de 2021
Casi Usted
- Usted perdone. ¿Es alfarera?
- Soy lenguaraz.
- Casi lo mismo.
- Guardo mi soledad en mi pocillo.
- Un ripio a tiempo y tan vulgar.
- Solitaria y a mucha honra. Viajo sin despedida.
- ¿Usted es familiar del desalmado Ortega?
- No soy tan lista. Me quedé en la primaria. Sin pasión y
sin pecado. Soy una chica sin alcoba.
- Bueno, no dar el alma no es asunto menor. Encontrar la
salida no es cosa de merecer sino de constancia.
- Voy a escribir mis memorias.
- Usted es pasada de moda. No tienen tacones lejanos.
- Bueno, acepto. Soy casi usted.
lunes, 15 de febrero de 2021
Pesar de ella
Un tataranieto fulgor llegó por la izquierda de la calle. Hasta las lágrimas dieron paso al sol. Los niños miraban con su boca el diorama y la fórmula de los almuerzos dejaba el plato vacío. Yo la miraba pasar con ese mirar cansado y ateo, tan hondo era mi mirar que ella se quedaba vaporosa, sin cuerpo, como estremecida por la neutra distancia del ayuno. Yo creía que al mirar no se sufre. Ella con su trenza humana me dejaba como a las siete de la mañana con los párpados hinchados y con ese pensamiento carpintero buscando las partes para colarlas. Me cae la queja metafísica y la deuda eterna me enferma boca arriba. Mi cordura se fija al vientre y ella pasa, largamente como una llamarada arropándose sudorosa en su cadera. En mi mesita de cama se besan las cartas, las lámparas encendidas como para mantener el cuello, como para sanar la noche. Ni siquiera buscar suspiros mentalmente recompone. Hay mugre en la camisa y un poco de hombre ha quedado en los zapatos. Sudar de vergüenza para recordar la niñez. Ella pasa, no recuerdo su nombre, tal vez nunca lo tuvo. Ella será, tendrá que ser para que valgan los caminos. Es un esfuerzo. Enorme. Honradamente les digo: a veces me cansa esta visceral contaduría.
domingo, 14 de febrero de 2021
Juguemos
sábado, 13 de febrero de 2021
jueves, 11 de febrero de 2021
El hombre de los sueños
El hombre de los sueños vivía sin dramas dando vuelta alrededor de la mesa. Con su pistolita de agua mojaba esas horas juguetonas de las seis de la tarde cuando las muchachas salían de la oficina con la prisa en la pestaña. El hombre de los sueños hablaba un buen español de humo, tiznado y melifluo, como algunas verdades. Nos contaba su vida, la ilusión que provocaba al oscurecer. En el café de la esquina, su lengua embaucadora, entraba por la puerta de servicio. Todos nos enredábamos en esa voz ardiente. Contaba sus sueños, sus devaneos de corazón, sus mentiras. Una mentira bien contada se parece a los sueños, afirmaba. Por eso ustedes vienen como náufragos a escuchar estas historias que no tienen salida, al menos para ustedes, no importa. Escuchen. Una noche que se parecía a mi instinto fui el amante sin respeto de esa muchacha marrón. Ella, lo sabía, me ganó la partida cuando se subió la falda y me enseñó la fotografía con su vestido de boda. Yo le dije al oído una canción de cuna. Me dio las gracias y se llevo los besos a la otra calle. No voy a negar que me faltó estilo. Hay que reconocer que lo prohibido no es para confundirse. Mil veces nos encontramos, hasta que la fotografía quedó irreconocible. A veces, la recuerdo como si fuera un porvenir. No puedo bajar el telón de acero y mi modo de andar sabe de lo que digo. Mojar la locura es una motivación para el que no pide ayuda. Sentenciaba.
Nos gustaba estar con él, nos fiábamos de sus historias, de sus arremetidas a las faltas de respeto. Apuramos el café y el morbo como buenos estudiantes en celo durante tres años hasta que caímos de sueño.
domingo, 7 de febrero de 2021
sábado, 6 de febrero de 2021
viernes, 5 de febrero de 2021
Por el azul de la tinta
Un día después, le bajaron la luna y los mares del sur. Sin embargo, esas promesas estaban en papel escritas con tinta azul que ya no vale nada. Esa decepción cercenó los próximos amaneceres. Una Julieta más entre nosotros, pensamos.
No hay salida cuando no se sabe nadar en la tina. Cada noche es el mismo nombre, anónimo y vacío. El ronquido de Romeo ya no levanta sábanas ni sus cristales están de moda. La cerveza fría y el vino caliente mecieron la cuna de los enamorados. Hoy el lloro es fácil. Las tías sacuden los ramos, baten palmas. No funciona, nada sirve. La ruleta de los besos chulos está averiada. La navaja de afeitar sin filo. El difícil arte del amor anda sin locura, el reloj empeñado y la ropa interior sin lavar.
Antes se moría por ella, ahora se muere por un gato.
¡Ay de mí! dicen las rancheras. Quería un micro de lujo y veo que es mejor ir a jugar billar, por si algún día tengo nietos.
jueves, 4 de febrero de 2021
Mauricio Palos
miércoles, 3 de febrero de 2021
martes, 2 de febrero de 2021
lunes, 1 de febrero de 2021
Febrero El Ángel perdido
El Ángel perdido
Hola y adiós le dijo al sol cuando huyó por esas calles abandonadas repletas de callejones poblados por botellas quebradas. Tanto quería vagar que del cajón angelical sacó sus alas mas sucias y se puso escarcha en el pelo. Tenían razón, su maldad daba risa. Un derroche innecesario para un mundo naturalmente cruel.