martes, 11 de mayo de 2021
Marejada
lunes, 10 de mayo de 2021
domingo, 9 de mayo de 2021
Remedio
Como buen caballero caduco, la cara se le iluminó. Sus ronquidos, célebres en los dormitorios estudiantiles, tuvieron cabales momentos previos a los exámenes. Ese día respiro calmo, recordó aquellas glorias y la vio pasar. Como si buscase algo fresco entre los dientes, se dijo, “soy algo más que un respiro”. Ella se insinuó con su mirada, aleteó y nunca pudo salir del frasco.
Sus largos ronquidos ahora se estrangulan entre los mil tarros que en los estantes tintinean por el frenético revoloteo de las polillas.
sábado, 8 de mayo de 2021
viernes, 7 de mayo de 2021
jueves, 6 de mayo de 2021
Una viudez
Extraño la vocación de llamarte como si estuvieras en el túnel de la isla. No hay izquierda tan tonta como la que no se da cuenta de ser estructura de la derecha torcida. El paraíso es el espíritu del maniquí. AL otro lado de la acera llueve y aquí como un coronel furtivo me dejo mojar. Que te puedo contar desde este fastidioso número sin semen. De esta beoda realidad sin rumbo. Si me cuentas tu vida, prometo imaginar un futuro. El absurdo será nuestra carta, con faltas de ortografía y sin remitente. Del otro lado de la acera caminas sin mi brazo y me dices que no importan los símbolos del porvenir. Si quieres me quito el uniforme, la medalla de género, el rostro moreno y la amargura de lo civil. Voy a seguirte, no me importa ser esquirol del precipicio. No escondo mi deseo y prometo no confiscar tus bienes. Te invito a leer la palma de mi mano y volverte a contar lo que ya sabes.
miércoles, 5 de mayo de 2021
lunes, 3 de mayo de 2021
sábado, 1 de mayo de 2021
Mato
El Ángel híbrido
Se escapó en un delirio de alcohol y sueño. Mitad ave y mitad pez, en las barricadas de los precipicios nada y vuela com un humo de salón. Tiene la pasión de la dobles. No cree en las leyendas ni en las balas perdidas. Niega todo, pasado y futuro, tal vez por eso es tan amado.
viernes, 30 de abril de 2021
jueves, 29 de abril de 2021
miércoles, 28 de abril de 2021
El Caballero Tigre
Su terrible garra de terror, de sangre partió en dos la noche ratona y de su simetría, el ojo cazador dominaba el sueño de Espergencia. Ella caldeada en historias de infancia por su madre contadas, nunca pensó que ese retoño gato atigrado podría tener un instinto tan diluviano. Entre cariñitos y retortijones fue creciendo. En su familia todos amaban a los gatos. Tuvieron varios de pelajes desiguales, con nombres egipcios, persas, ingleses, griegos y a este, cuando lo vieron fue unánime llamarle Caballero Tigre, así era su porte, tan mexica, tan Huitzilopochtli.
Su territorio pronto fue todo el barrio. De carácter tempestuoso su maullido imponía respeto y a más de uno, terror.
Una noche estival, cuando los reflejos neón de los cristales de los automóviles enceguecía, el gato con la naturalidad del cazador encrespó su lomo. La garra entró rotunda y oblicua en la carne gris peluda de la roedora.
Los vítores se escuchaban en otros vecindarios, por eso la envidia se prolongó por varios meses. El Caballero Tigre, retoza, menea la cola y poco a poco expande sus fronteras.
El rencor no tiene nombre, no quieren que tenga descendencia. Han desaparecido las gatas.
En verano, antes de que llegara a viejo, El Caballero Tigre salió a buscar con quien amancebarse. Espergencia espera su regreso, los roedores se juntan en las alcantarillas y cantan su fortuna como las multitudes en apogeo.
lunes, 26 de abril de 2021
El pijama
domingo, 25 de abril de 2021
Periodo amado
Nada va a pasar de un tiempo a otro tiempo, de un cuerpo a otro cuerpo. Hay sitio para un minuto. Para un estate quieto, para mojar el pan en el chocolate y quedarse a oscuras como cuando pasamos por debajo del puente. Así de febril estaremos perdidos entre los minutos. Por años estaremos al otro lado de los lados. Así estaremos tu con tu cabello largo reloj y yo como pulsera carátula azul. Así estaremos como en una boda de horas fértiles. No demores en despertar que me aflijo, no hagas turismo con el tiempo que me quedo basura. Dime que no has empeñado el reloj que te regale a los veinte. No me digas que no es mi asunto. No me impedirás que te siga de tiempo en tiempo. Soy tu mejor hora. No lo niegues. Me llevas de la mano y me dejo llevar. No escondamos la pasión de nuestros sudores, de nuestros relojes marcando el mismo tiempo. No neguemos los bienes ganados. Incluso el aburrimiento nos hizo leales. Te digo, no demores en despertar que tenemos la urgencia de acabarnos la cosecha a bocanadas. El presente nos quema la lengua para vernos vivos.
Tenemos un techo de trecho en trecho. No perdamos el tiempo tres veces al día.
Estamos en periodo, ¿verdad?.
viernes, 23 de abril de 2021
jueves, 22 de abril de 2021
El malo no era yo
El malo no era yo. Derrochando las horas con la bisutería de preguntas que tienen lengua corta, me convirtieron en el autorretrato que se repite hasta el vómito. Uno no se propone tener razones, tal vez el maquillaje, el diccionario y las persianas medio abiertas sean lo único que no mata el miedo. Cuando me salieron las canas, el corazón se me pasó de moda y la luna que me dijeron de miel se acomplejó con esa verdad que se parece a la eterna mentira. Los años dorados se quedaron entre las páginas de Asterix cuando quise cruzar el Rubicón. Ni media palabra de aliento detrás de las ventanas. Sé que no lo soñé, lo vi bajar las escaleras de caracol con ese rostro de siempre abuelo, con el cinto ancho en la mano derecha y las tijeras en el bolsillo. Torpe y sin vocación suicida, el último escalón fue su quiebra. Rodó, estalló en el cemento. Yo lo vi por triplicado, como ahora aquí abrazado en mi ángel del vicio. No escondo lo que vi. Botes de cerveza y ese tiburón mental que me mastica. A veces quiero ser beodo, visco y ese niño que nunca debió de entrar a deshoras a la intimidad de otros.
miércoles, 21 de abril de 2021
Teóricamente
Teóricamente llegó del mar pero sus muslos se partieron antes, cuando el pleonasmo de una ola le tocó la puntita del dedo gordo del pie derecho. Pulposa, se estremeció en un orgasmo turbio, no como aquel del marinero que desplegó su sexo por todo su cuerpo. Aquél que la partió en dos cuando enlazado a su cadera nadó y nadó hasta el embotamiento. Carnalidad marina de sed, de agua que palpa su vientre, que inhala la lúbrica sal que le chupa como el molusco que goza sofocado al jugo del limón. Precipitada de labios, el paraíso era la crema de líquidos que no se cansan de fluir. La boca se le llenaba de arena. Huérfana de madre, la más alta noche le hizo saber que los ríos todos habían llegado a ella y entrado por su gruta que piernas abiertas, palpitaba. Su fiebre fue una gotera que golpeo sus párpados y le dejó el cuerpo pegajoso. Recuerda que cuando lo vio llegar ella se despojó de su ropa, dejó ver sus plateadas sospechas. Él, marino experto, no pronunció palabra. La tomó del pelo y mordió su cuello. Sus manos grandes apretaban como cuerdas de proa, se sentía ahogada de lujo, de astillas que la poseían. A bocanadas le decía: “Sigue, sigue, no me sueltes. Párteme”. Él, obediente, como rodando por el aire, sin descanso, sin tregua, remaba, remaba hasta que saltaban chispas de tanto roce. Solo al recordarlo se moja, cela, se saca la mentira que lleva día a día. Teóricamente llegó del mar, pero ese olor, le aprieta las piernas, el sexo. Ella se colapsa, el olor paterno desborda su habitación, su cuarto, su lecho.
Cuánta anestesia deja la teoría.