jueves, 14 de abril de 2016

Sardinera


María Asunción Guedes, quería una sardina. Fue tanto su apetito que poco a poco se anuló su carne y cuerpo. EL vestido que llevaba está expuesto en la calle das Flores con el estampado de cada uno de los clupeidos devorados. Sus hijos mantienen una relación estrecha y no permiten que la erosión lastime el buen semblante del colorido vestido. El marido, dueño de la tienda, orgulloso, muestra a su hacendosa esposa, como prueba irrefutable de su devoción al cumplirle los mas mínimos caprichos a su amada.

Fotografía: tienda en la Rua das Flores, Porto, Portugal.

miércoles, 13 de abril de 2016

Travesura


El niño se enojó con mamá porque no lo ha dejado comer tierra. Se puso su camisa nueva, esa que mamá compró para verse niño elegante. Se paró frente al árbol y poco a poco se fue llenando de hormigas. Le subieron en espiral hasta que se les veía pasearse por su cara como en un paseo de domingo. Esperaba que mamá se asomara para verlo, pero fue desolador, ávida del mañana nunca se asomó por la ventana.

martes, 12 de abril de 2016

Barrica


La voz del vino empieza callando. En silencio transforma su cuerpo y su alma. Su color de tan viejo es casi ámbar, y le sobran noches para gastarlas. El vino de Porto es así, metido en su barca se regodea mucho antes de estar en copa.
Un animal ajeno sube como una respiración y un clamor ebrio se empeña en salir por los ojos. La caricia en la garganta es tan de corazón, que no hay más voz en nuestros labios.
Entre temor y antojo nace la fiera y nos recorre la frente brava y el equilibrio, arisco, nos besa las rodillas.
Algo que no eres tu, sube. Hay una sede indómita, que como pulpo nos aprieta el suelo y sólo podemos chasquear los cristales en una eterna voluntad de risa. 
Que agrio es el gusto de recordar esa otra rueca que completa el mordisco de la herencia. Las manos se alargan en busca de la canción que calla y se fermenta en amistosa calma.

Fotografía: una bodega en Vila Nova de Gaia, Portugal.

lunes, 11 de abril de 2016

El Sr. Braeburn


El Sr. Braeburn vive como un campesino, no ha caído en la trampa del mito de la culpa. El se pasea sabedor que su manzano cuerpo le proporciona un contorno saludable. En poco tiempo ante los ojos maravillados de sus vecinos, consiguió que apreciaran su sonrisa frutal y esa capacidad para contar la historia de los injertos de sus antepasados. 
Digo que vive como campesino, porque las ciudades le parecen la bancarrota del buen vivir. El Sr. Braeburn, se levanta temprano y como si diera un beso en la frente del día camina con la conciencia tranquila. No hay persona que no le quiera dar una mordida, por fortuna él lleva su roja utopía como latir de tierra. 
Que sea para bien tanto candor, decimos, cuando lo vemos.

domingo, 10 de abril de 2016

Acera dominguera



Hoy es domingo y al caminar sin cólera por la calzada portuguesa parece que uno se embarca con pisadas desiguales. Subirse en una nao con el pensamiento fijo en la llegada. Subirse en ese potro, en esa ola en un domingo, es golpear la duda y pensar que se hizo tarde. Que tal vez un lunes, pudimos encontrar el mapa, lavar el vientre y cantar esas canciones que lloran los marinos.
Hoy es domingo y el esqueleto de las calles me dejan la sensación que uno navega siempre a pesar de tener el mismo oficio.
Cuando uno camina parece que hay destino.

Fotografía: calzada portuguesa, lo que queda, en Oporto, Portugal.

sábado, 9 de abril de 2016

Buena costumbre


Salieron con la voluntad desparramada; una se fue por la alcantarilla, otra dobló la esquina y otra se fumó el último cigarrillo. La cueva secundaria es el primer refugio cuando se liberta el cuerpo de tan solo. Algunos suspiros todavía quedan como anuncios pegados en las carnicerías o en la parada de los autobuses de la calle Revolución.
Ellas salieron con el reloj sin cuerda y esa mentira se acerca más a la verdad.
Por las mañanas, las calles están limpias de noche.

viernes, 8 de abril de 2016

Incendio vaposoro


Como si el aire 
ardiera de agua 
así se adivina el horizonte.
Triunfantes
nubes consumen 
el azul instantáneo. 

Parece el mundo paralelo. 
El reposo celebro
en la errática verdad de la vista.

Fotografías: Miradouro da Victoria, Porto, Portugal

jueves, 7 de abril de 2016

Patrono del cristal


Como vela perpetua ese hombre se quedó pegado. Se escuchó un disparo y nunca se supo la mando que apretó el gatillo. Eran las tres de la mañana. Las buenas señoras del barrio ya le llaman el santito del cristal. Se dibuja al sereno y parece que las muchachas cuando salen de la escuela, le dejan flores o dulces con la esperanza de tener también un patrono pegado a su ventana.

miércoles, 6 de abril de 2016

Hombre en cima


Era un hombre que se volvió paisaje. Era la luna larga, en la primavera del verano cuando le prosperó en su cuerpo-geología un montículo que le creció entre la ropa y el humo. Era un hombre plenamente terrestre, mineral y adusto. Lo ha tocado el relámpago y el estío. De compañía, en su costado, un nopal  hirsuto testifica el vacío del panorama. 
Por el kilómetro 45 en la bifurcación única  de la carretera rumbo al Potosí, como bala perdida puedes reconocer el perfil del hombre hecho paisaje, ahí donde el viento se hace cordillera.

martes, 5 de abril de 2016

Caracol de pensamiento


Hubo un día un hombre que se comió la espiral de su pensar. Como un huevo filosófico rodaba por el mundo. El logos era su sustento, lo hallaba como yerba fresca por las calles de la ciudad.
Solitario, duerme ahora, como caracol pensante debajo de las azucenas en el jardín municipal.
Si le encuentras, no le hables de Kant, mejor cuéntale la historia de aquel hombre, de apellido Samsa.

lunes, 4 de abril de 2016

La señora de las tres cabezas.


La señora de las tres cabezas vivía de noche. Esbelta y graciosa como aquellas doncellas de la procesión del sueño. Jubilosa se encendía para inmortalizar la salida de los turistas. No tenía tretas, por eso eran claros sus días y se podía adivinar que nunca tendría aliento de ajo o de cebolla.
La otra tarde, apunto de encenderse, un caballero de gabardina, como mandan los manuales de la buena lluvia, vomitó a sus píes. Ella, quieta, inmutable; parpadearon sus tres cabezas y quiso fugarse a Roma o, a Austria o, a cualquier abstemio lugar. No podía, estaba presa a la salida de la estação de São Bento, en Oporto, en Portugal

- ¡Perdón, señora! ¿la he ofendido? ¿Sí? Quién le manda estar parada afuera de la estación. ¿La conozco? Creo que no. A mi me gusta Rubens y usted es guapa pero no es mi estilo. Acaso, tiene usted un aire Déco. A mi me gusta Rubens. Señora mía, no me parpadeé, que tiene unos ojos tan luminosos que parecen tres faroles andaluces o mexicanos de tan brillantes. ¿Que es usted de Nápoles? ¿y qué hace por aquí?. ¿Es usted muda?. ¿Quiere que adivine su situación?. Creo que la he visto en el mercado del Bolhão, comprando abóbora y bróculi. ¿No? Si no dice palabra, uno inventa y luego se hace la ofendida. ¿De qué se ríe? ¿Me está usted encandilando?… Me quedaría, pero tengo apremio, con eso de que ya en la estación cobran cincuenta céntimos el cuarto de baño, no voy a completar para mi copita. Para otro día vengo a lidiar con su silencio.

Ningún desplante. La señora de las tres cabezas, sin perder la elegancia, derramaba su luz cucaña por las baldosas mojadas hasta el cruce de Loureiero donde maúllan los gatos gordos en los tejados.

Fotografía: frente a la Estaçao de São Bento. Porto, Portugal.

viernes, 1 de abril de 2016

Abril


Abril sonoro llega con su estruendo solar entre las piernas de los cerros que a lo lejos se pierden entre tanto asfalto. El acorde amarillo ya es tradición cuando nace y declina el día, por eso dejemos el llanto para el negro.



miércoles, 30 de marzo de 2016

Avizorar



Los espejos apuntaban  en esa dirección. No había derrota en los reflejos. Ellas, como las tres virtudes también disfrutaban del día. No parpadean. La transparencia  las retoca con esa ceremonia de la representación. Se acoplan las infinitas variaciones. Hijas del tiempo, sus juegos nos incitan o nos distienden. En este teatro la memoria escurre la llama del erotismo.

martes, 29 de marzo de 2016

Pausa


La atracción del vuelo está en sus pupilas y en mi pensamiento.
Viene el aire y se anuncia milagroso por el cielo encapotado. Hay un suspenso de dicha.
El misterio parece la encarnación de una honda calma.

Fotografía: Miradouro da Vitoria, Porto, Portugal

sábado, 26 de marzo de 2016

Los instrumentos y la navaja


Los instrumentos de trabajo se resbalan a la pluma y al lápiz para construir la casa, la única casa firme. La navaja, corta las imágenes del mundo y los coloca en la mesa para comer ese pan que nos nutre. El huevo original enseña su yema y fatigado, entre sueños, me cuido de mi mismo.
Si algo hay de nutritivo en los días se encuentra en el ficticio dominio instrumental.

miércoles, 23 de marzo de 2016

En los tejados


Hoy la pandilla estuvo en los tejados. Buscaban un bocado de tripa. El calor los dejaba estatuas. Las torres de la catedral son testigos, con gótica sonrisa, de su furia hambrienta y elegante. 
Esperaran la noche para ocultar el fracaso del día. Para que los gatos coman es necesario el sueño de la cacerola en la hendidura de la noche.
Negros, negros de sus pieles, por los tejados maúllan el alfabeto de las casas antiguas.
Hoy la pandilla tuvo sol entre bigotes y ropa a secar en las barandas.

Fotografía: por las ruas de Porto, Portugal

domingo, 20 de marzo de 2016

"Selfiar" para un desconsuelo

No lo hagas le advertían. No todos los adelantos nos acomodan. Cada quien se tiene que ubicar en su apariencia. Fastidiado de tanta advertencia, Bonifaz decidió ejercer su libre albedrío. Se compró un androide última generación para comenzar a fotografiarse a sí mismo, en buena traducción, comenzó a “selfiar”.
Bony, esta deprimido, la gente es mala, dice desconsolado. Èl sabía que no era agraciado, que tenía sus bemoles y sus becuadros pero, tantos insultos, se admiraba. Empecinado como era, se aficionó a las cirugías reconstructivas. No les miento, lleva cinco cirugías. Esta irreconocible, con decirles que los antiguos insultos se convirtieron en palabras de aliento.
Bonifaz no acredita, comprueba la otra cara de la maldad: la apariencia, por eso, Bony sigue buscando una imagen de sí mismo que le agrade. 

sábado, 19 de marzo de 2016

Nueve y veinte


Son las nueve y veinte en el reloj de catedral y todos saben que hay un marzo vertical en toda metafísica. La cruz y la espada chirrían desenroscadas en todas las historias que conozco. Sin embargo, es dulce la mañana, a pesar de la pedrada de la orfandad. 
Hay tantos siglos humanos, tanto sudor anónimo que duele la cintura del pecho y el romance de la imagen olvida el estribillo turístico.
Las gaviotas son dueñas de toda la ciudad y saben con su vuelo que las verticales tienen una bace horizontal. Así, es la oración que se fermenta a las nueve y vente en catedral. La huída a Egipto ya no es opción. 
Al fin diremos: hay que buscar un pájaro salvaje.

Fotografía: Vista de una de las torres da Sé Catedral, con la escultura de Estatua de Vímara Peres en primer plano.

viernes, 18 de marzo de 2016

La colosa


Como aquel marino que branquias quería tener zarpo una alta mañana en busca de su amada trepado en una barca de madera frágil y guerrera. Anduvo guardando los días ola tras ola hasta que la vio erguirse colosal y altiva en medio del oleaje. Tiró todas la anclas para devorar nudos y aligerar distancia. Ella, como subida en balcón de sal lo miraba venir con la mirada esquiva y para hacerlo sufrir no cantó para sumergirse para siempre enredada en sus cabellos submarinos al fondo del mar o al dibujo de donde ha crecido..

jueves, 17 de marzo de 2016

Margarita, esta linda de naufragio


Como si fuera  arrecife, a Margarita le crecía la barriga como todo buen cuerpo de naufragio. El murmullo de sus venas y el perfume de su lengua puso casa y no dejaba que creciera la yerba. El día de sus nupcias guardó, desnuda, esa lumbre de luna amarilla que le crecía cada hora.
Las pisadas oscuras vaticinaron heridas y cadenas, ella los hizo callar subiendo las escaleras, esas, las que llegan hasta la azotea, donde la ropa se airea. Ella no tiene culpa porque el  amor le crece cuando mete los pies en el agua.
Margarita, esta linda con su panza redonda como torre de vigía.