jueves, 9 de septiembre de 2010

Caballete

No he sido montado
y vago por las praderas.
He nacido mudo pero de línea fina.
Soy caballete blanco
y me arranco violento al rayar el sol.
En mi ojo animal se afila la alfalfa.

Relincho poco porque no me dibujó Picasso.
Mi pezuña no es florentina,
ni veneciana,
ni romana.
Al rapto de las Sabinas
llegue tardío.
Soy un poco cojo.

Cabalgo por el llano.
Subo montañas.
Soy la mañana.
Soy la calabaza de los pintores.
Soy abrazador,
inquisidor,
conquistador.

Me clavan la espuela.
Sangro,
bayo,
callo,
y me convierto en rayo.

Me como las siete leguas.
Camino a la alta escuela.
Me veo vienés,
árabe,
andaluz.
Entrando por el cielo
envuelto en crines
pinceles,
laureles en cruz.

Soy un caballete
al garete.
Sin maja,
sin majo,
sin cuajo.

Me sueño caballo de Verrocchio,
cuando menos en el color negro de mis ojos.
Sergio Astorga

Tinta/papel 20 x 30 cm.

16 comentarios:

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Bravo, Sergio, querido, caballos los de Ucello para mí tras mi querido Alejo Carpentier. Los de Picasso, claro. Pero también este suyo que quiero. Esta caballo dragón cansado que me ha fascinado. Se lo compro, si se puede. Y le envío toditos los abrazos.
Y besos.

Angel Adanero dijo...

Un caballo blanco.
Un caballo salvaje.
Un caballo sin nombre
y con los ojos negros.

Alicia Uriarte dijo...

Parece que siempre se suele buscar la belleza en las cosas grandes y complejas cuando, acaso en la mayoría de los ocasiones, en la simplicidad radica el secreto o la esencia de la belleza que se quiere transmitir.
Viendo este caballo, exento de todo tipo de monturas o adornos, podemos imaginar que es todo lo que aparece en la magnífica descripción que él hace de sí mismo. Pero yo iría más allá. Este caballo es, sobre todo y por encima de todo, libre para soñar ser lo que se le antoje.

Sergio, con la música esta vez nos vamos a tu tierra:
http://www.goear.com/listen/1fc401d/el-corrido-del-caballo-blanco-jose-alfredo-jimenez

Un abrazo.

Gemma dijo...

Estupendo, buen caballero. :-)
como siempre, no sé si me gustan más tus versos o el dibujo.

María Eugenia Mendoza dijo...

Cada palabra dice mucho de este caballo mudo que relincha porque no lo dibujó Picasso (pero feliz de que lo hayas sacado tú del lienzo), cada trazo de línea fina dan vida a este caballete blanco, al garete, sin maja, sin majo ni cuajo.
Me conquistó la obra en su totalidad. Nuevamente felicidades y gracias por tanto amor a lo que haces.
Un abrazo, querido Maestro.

Isabel Barceló Chico dijo...

Adopto desde este mismo momento a ese caballete tan consciente de sus faltas como de sus virtudes. Y me alegra saber que no llegó a tiempo de raptar a nadie. Un abrazo muy fuerte, querido amigo.

Maribel Romero dijo...

Me ha cautivado este señor caballo, que como el ave fénix resurge de sus cenizas. Empezó dando pena pero conforme nos va contando su vida se crece. Se crece como todos nos crecemos cuando soñamos, porque en el fondo somos lo que creemos que somos y no lo que los demás ven en nosotros. En fin, que le he cogido cariño al caballete.
Un abrazo blanco.

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, me puse a escuchar el relincho como cuando me quedaba
pegado al vidrio de la ventana a ver si pasaba algo por mi vista
pensativa.
Me gustan los de Ucello, regordetes como sus niños, pero este mío solo tenia su mantel de ausencias y praderas baldías.

Si lo quieres será tuyo.

Un abrazo de paseo.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Adanero, esta jaca blanca
flaca como la espada,
no tiene jinete ni alcoba,
y muere de su propio hastío.
Puedes llevarlo en octubre
a cabalgar por tus aires,
tal vez engorde su olvido.

Abrazo remontado.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Alicia, peinar los geranios y las crines de los cactos son cosas simples, casi inútiles, como la respiración ya sin milagros. Esas son las cosas que me gustan.

El caballo blanco de José Alfredo que salio un domingo de
Guadalajara se parecen en que también en tener el hocico sangrante, pero este caballo cojea de la pata izquierda.

Eso sí, se le antoja ser libre, haber si puede.

Un abrazo de corridito.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Gemma, así como se tienen dos narices, mi dificultad de saber
distinguir los olores me tiene los ojos con lagañas.
Me quemo en dos hogueras. Las palabras me comen los ojos y las
manos me dejan mudo. Solo te puedo decir que pudiera cambiar la
nariz por la oreja, o el codo si me quedo sin hombro.
Pendo de un hilo y mi desbarajuste me deja triste porque no tengo nada y me quedo cojo y mocho.

Abrazo sin anteojo.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, me pincha el hilo por la aguja y se me enreda el
estambre.
Dibujo y escribo, y me convierten en cabra.
Por la cerradura se me escapa el alambre. Roído, comido, mal visto,
mal querido, mal nacido, destetado antes de nacido.
Hago las cosas con amor, porque no encuentro el botón y se me
ensartan las ansias umbilicales. Bebo zumo de naranja, porque quiero ser toro, jirón, astifino, cuajado de bravura.
Me mordió la serpiente detrás del zaguán. Que puedo hacer. Soy lo
que soy. No hay contemplación.

Abrazo zurcido.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Isabel, este caballete no lo podrás llevar como arete, ni te pondrá grillete, pero si te puede meter en un brete y quitarte el colorete y sabes porqué? porque su relincho es de falsete.
Congruente es, ya que dejo de ser mozalbete.
Y antes de que me apliques un torniquete. Te doy las gracias en
ramillete.

Abrazo veintisiete.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, mira que de cariño es carente, porque se encontró con el
inquisidor. Su ojo animal fue cataclismo, su pezuña siniestra, su anca desastre, la espuela clavada en el lomo del odio. Incendio,agresor, terremoto, al fin de cuentas bronco.

Que lo quieres dices, ya es ganancia. Fragancia. Cartomancia.
Extravagancia.

Un abrazo sin jactancia.
Sergio Astorga

Maribel Romero dijo...

Pues yo le doy el mío (mi cariño, digo) para que no sufra tan descarnada carencia. Y sigo queriendo al caballete.
Será por mi abundancia de ignorancia, que llega de aquí a Francia.
Un abrazo desde esta estancia.

Gárgola dijo...

Me encantan los caballos...
Tu poema es fresco y bello.
Hace ya unos 2 años, cuando nadie venia al blog, publiqué un texto que tu poema me acordó:
http://ahoraandnow.blogspot.com/2008/07/de-caballos.html

un abrazo