sábado, 4 de septiembre de 2010

Piedra Arriba

En paz y en vertical.
Es estéril la ofuscación del horizonte.
El pulso solar no se desmaya
y lejos quedan las fronteras en su lenguaje crudo.
Los siglos reverberan.
Quién pensará en la disculpa de los limites?.
Lumbre en los ojos
y no hay nubes blandas que consuelen.
El tacto se empaña y evasivo,
se resguarda en los dedos de otra mano.
También el calor es un alcohol que nos disuelve.
Mira, la tarde se dispersa.
El fuego nos consume ya por dentro.
Sergio Astorga

Acuarela/papel 20 x 30 cm.

17 comentarios:

Gemma dijo...

"Los siglos reverberan" para, ya luego, poder asistir a la tarde que se dispersa, mientras "el fuego nos consume ya por dentro", "en paz y en vertical"...

Muy certero y hermoso, Sergio.
Abrazos

Angel Adanero dijo...

A veces el pulso (solar) se acelera demasiado produciéndonos desmayo. Entonces no hay manera de ver horizontes, fronteras, límites, nubes...

Un saludo.

Abol dijo...

Qué buen despertar he tenido hoy con tanto amarillo y naranja.
Precioso texto; bellísima acuarela.

Bravo.

Abrazol,
L.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

ME entristece el texto, querido Sergio. No encuentro paz en el pulso ardiente, o tal vez no quiero ser tan pacífica y sí recobrar el fuego primigenio. No sé porqué pero me deja un sabor amargo y bello. Me encantan esos amarillos rojizos. Me fascina esa luz que quema. Me pierden los ecos.
Gracias por la belleza.
Un abrazo buscador de chispas.
Izaskun

Maribel Romero dijo...

Qué bellos estos cálidos. Es misión del fuego consumir, por dentro o por fuera. Me gusta esa paz en vertical, aunque se nos enoje el horizonte.
Un placer retornar aquí.
Abrazos pacíficos.

Sergio Astorga dijo...

Gemma, honrado estoy Gemma, que tu comentario es un malabar, estas convirtiendo en un método (entendido como maneras de percibir una realidad literaria) todo lo que tocas. Te has dado cuenta? Como todo acto creativo tiene sus perfiles buenos, malos y contradictorios, pero si me permites decirlo, tienes un beta por explorar muy tuya, te animo a continuarla.

Abrazo que reverbere.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Adanero, tengo el remedio, una garrafita de agua simple, nada de agua santificada porque es tan sutil que se evapora al instante, no, tiene que ser una agua laica.
Como sabes, es un error pensar que la contemplación poética es sufrida y que no tiene las mas elementales condiciones de bien estar.
Así, qué te parece si nos asociamos y publicamos un manual: "La contemplación poética y su forniture"
No seria un éxito de ventas, pero seria una acción casi poética.

Abrazo fresco.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Abol, cuanta vitamina C me regalas.
Gracias.
Todo estalla como el amarillo porque el amarillo es un alarido, es ese ladrillo que nos rompe siempre nuestro barquillo, no el que anda en el mar de coralillo, sino el que nos quita el gusanillo de ser chiquillos, para evitar ser del infortunio lazarillo.

Abrazo con brillo.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, triste anda la vida como mazorca húmeda y entonces, el hongo del hutlacoche enriqueció la mazorca.

La luminosidad es otra forma del vacío, siempre le hemos dado demasiada negrura a la negrura.

La paz, no esta en los extremos dicen, o tal vez está fuera de ellos y nosotros insistimos en encontrarla por la mitad.

Me gusta la imagen de la chispa primigenia, el fuego tal vez nos petrifica.

Abrazo agridulce.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, bienvenida a estos horizontes. Espero que tu recogimiento por un mes te haya dejado plena de lectura. Ya te extrañaba, pero no se lo digas a la otra Maribel que debe haber en ti.

Tal vez, esa paz en vertical es la que sienta la bailarina cundo su centro de masa es encontrado, o la que ha encontrado el árbol o la peña frente al acantilado. No lo sé.
Aquí tienes un lugar. Siéntete a tus anchas.

Abrazo cercano.
Sergio Astorga

Alicia Uriarte dijo...

Sergio, según he visto este precioso paisaje he sentido la sensación de haber estado recientemente en un lugar muy parecido. Acaso fuese el mismo. La paz en aquella verticalidad solo fue rota por el agudo silbido del viento que hizo su presencia para hablarnos. Como si quisiera dar respuestas sin ser preguntado. Como si fuera un “sol de palma”, el astro rey también vigiló atentamente nuestro pasos. El pulso solar no desmayó y el calor nos doró por fuera. Todo ocurrió muy próximo al amanecer del alba. Creo que nos perdimos ese cielo rojizo por no esperar al crepúsculo de la tarde.

http://www.goear.com/listen/69aab57/la-respuesta-esta-en-el-viento-bob-dylan,-keith-richards-&-ron-wood

Un abrazo en sol.

Isabel Barceló Chico dijo...

El tacto se resguarda en los dedos de otra mano... Un poema precioso, que también arde y nos hace arder, querido amigo. Y la pintura tiene esa pasión del sol, un encendido que no sé si es cenital o crepuscular. Un abrazo muy fuerte y admirado.

Silvia Giordano dijo...

Tú sabes que admiro tus pinturas... Niño: que bien que escribes!!!
Saludos

Sergio Astorga dijo...

Alicia, somos solares a pesar de vivir nocturnos.

Tus sensaciones similares a las mías por fortuna no nos abrumaron al gado de la apatía del bochorno.
Gracias por el enlace.
Cuántos años pasarán hasta que nos demos cuenta que la respuesta esta en el viento.

Abrazos solariegos.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Isabel, cuánto sol ha recorrido el firmamento?
Por los caminos del imperio siempre el sol.
Tu visita inflama mi entusiasmo.
Gracias.

Un abrazo imperial.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Silvia, qué te digo?
Me dejas calcinado.

Un abrazo que resucite.
Sergio Astorga

María Eugenia Mendoza dijo...

Querido Sergio:
Dejé un comentario el día que publicaste esta maravillosa y luminosa obra, seguramente se quedó en el éter.
El sol abrasador y abrazador ilumina y reverbera tu obra poética y pictórica.
Va un abrazo y como siempre mi admiración.