miércoles, 14 de marzo de 2012

La niña del punto rojo



La niña del círculo del punto rojo suspira instantes sonámbulos y transparentes. Se canta bajo su espejo calcinado la historia del príncipe de chocolate que se derritió de amor. Ella no sabe de alas, ni de la historia del fuego; ni el cuento de la manzana ponzoñosa. Ella ríe con su sonrisa cuadrada y no se remuerde los días porque no le duele nada. De su cintura abierta pasa el eco y no regresa. Ella sabe que es moneda de oro lo que entra por sus ojos. Es tan puro el silencio que la misma luz se curva embelesada y de su muro cuerpo se dibuja el jaspe y la alegoría del agua.

Hablo de ella, de la niña del punto rojo, de esa, de la otra que eres y no te das por enterada.


Sergio Astorga

Cerámica 20x20x2

6 comentarios:

María Eugenia Mendoza dijo...

Si "la misma luz se curva embelesada" no te extrañará oír que caigo rendida a los pies de esta niña del punto rojo.
Un abrazo jaspeado.

Myriam B. Mahiques dijo...

Hermoso Sergio. Para mí el punto rojo es inquietante, y fíjate que casualidad, tengo una pintura digital que posteé hace unos días, sobre un tiburón hembra en cautiverio, verás el punto rojo que para mí es un huevo, llamando la atención. Te paso el link http://architect-sensibility.blogspot.com/2012/03/tiburon-hembra-en-cautiverio-female.html
Un abrazo,

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, la fuerza de la niña es tal que no necesita manos ni brazos para apresar lo que le rodea.

Formemos la ronda que hay una niña en cada fronda.

Un abrazo en círculos.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Myriam, coincidencia que uno tiene. El punto colorado par mi es un signo siempre de sensualidad, palpitación y concentración, independiente de la atracción plástica. En casi todos mis dibujos, ya blanco y negro, ya color aparece el rojo en un lugar ideal. En la fotografía que aludes parece el interior geológico que es el mismo de la madre “tiburona”.

El texto alude a esta sensación tierna y maliciosa de toda escultura o niña. Lo que aparezca primero.

Un abrazo cautivo.
Sergio Astorga

Alicia Uriarte dijo...

Sergio, pues a mí aparte de la admiración por valor plástico y artístico de esta obra te diré que el hecho de que sea una niña directamente me produce desazón. Sin poderlo evitar me brota una sensación más maliciosa que tierna. Cosa que nunca me pasó con los detalles rojos en otras pinturas de mujeres a lo largo de tu obra. Ese detalle que en una mujer puede resultar sensual en una niña directamente me enciende una alerta. Reconozco que seguro que algo tendrá que ver con mi condición de mujer aparte de mi profesión de educadora.

Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, los fantasmas y su asociación.
Puede ser también una caperucita roja. El texto se refiere a una nueva realidad en el desarrollo imaginativo.
La violencia contra la infancia, el abuso, la perversión, es de los adultos.
El punto rojo es un punto vital, es el corazón de la historia. Ya no hay culpa, ya no hay pecado, libertar a la infancia de estas torturas es el inicio de una educación plena.
Si el punto hubiese sido amarillo, te aseguro que las asociaciones serían diferentes.

Un abrazo sin desazón.
Sergio Astorga