miércoles, 15 de agosto de 2012

Los bebedores




Los bebedores solitarios tienen a veces un manojo de palabras que nombran las mismas cosas con la turbulencia del desaliento o el incendio de la revelación.

- No decapites la luz -me gritó.

- ¿Cómo?  

- Que te quites, que mi día no acaba nunca. Mi cuerpo es una cosecha de reflejos. Soy como el relámpago de la hierba. En mi ombligo se mueve el universo y a la vez es la fosa donde expira. Yo soy la lesión destilada de todos los hombres.

A veces los bebedores caminan las calles como si fueran libros. Procaces, chupan ese dulce entre ácidas miradas y desgranadas risitas condueñas.

Sergio Astorga

Tinta/ papel.

6 comentarios:

María Eugenia Mendoza dijo...

Imagen triste la del bebedor solitario, verdad desgarradora la que revelas: "Yo soy la lesión destilada de todos los hombres".
Un abrazo sobrio.

Myriam B. Mahiques dijo...

Estoy impresionada con una imagen de líneas sencillas que a la vez tienen una gran fuerza intelectual. Un relato bello y triste a la vez.
Un beso,

figurante dijo...

Si me lees, te leo, le dijo un aspirante a escritor a otro una tarde en el café Gijón.
Busco gente con criterio. tu blog es bello.
Si quieres ver lo que yo hago: http://clubdelasmujeresdesquiciadas.blogspot.com.es/

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, los corredores y los días me traen tarde. Borrando toda la mala letra del canto del gallo. Sordo mudo y sobrio puedo hoy contestar entre el negro y amarillo con la mirada en gratitud. Mis orejas clavadas detrás de las puertas tocan de nuevo en tu aldea. El tambor espero que repique por septiembre. Soy una isla buscando continente.
Días destilados.

Un abrazo menos triste.

Sergio Astorga dijo...

Myriam, el rasgo de golondrina y la flor de los volcanes son tan frescos que una pagina es un viento transparente.

Fue compulsiva la espera.

Espero correr detrás de la página con branquias y con plumas de matorrales y un perfume de geranio.
Una semilla arrojada es un comentario. El mundo comienza de nuevo.

Abrazos inteligibles.

Sergio Astorga dijo...

Figúrate que ya fui y te leí, y te digo que de Porto a Gijón el aguijón del curioso se me ha clavado en la pantorrilla y como tengo lo que dices: el criterio de ver el sol y las auroras en septiembre os prometo hacerme de las figuraciones con hazaña de milagroso.

Ya voy y voy llegando con los cuartetos por delante.

Abrazos a lo hecho.