domingo, 28 de diciembre de 2008

Humedad

Desgajando musgo, el tlaconete deja su baba amarillenta en un lugar inalcanzable para el niño que desespera al ver que la torpeza de la fuga es más ágil que su ingenio de emboscada.
El niño se embarra la sal en los cachetes y mira perplejo la escalada del tlaconete, que buscará un refugio en el ladrillo,
para esperar la lluvia que lo anime, como un bosquejo lunar.
En su liquidez parsimoniosa arquea su molusca forma, dejando a cada pausa, una sensación plácida y bienhechora.
El ladrillo untado de manchas rojizas y verdes desparrama humores cancerosos que se distorsionan al calor y a la penumbra. Las florecillas acotan la espesura en una frialdad que se huele, que se palpa, como terrón desmenuzado en la nariz. El olor a yerba se confunde con las palpitaciones de la marcha. La luz acaricia la baba que deja el tlaconete dejando destellos en la huella lastimosa y dolorida. Esos destellos se filtran por las antenas del tlaconete hasta percibir el lamento que campea con el himno de una voz, que se arremolina en el arrastre.
Cavilando, el tlaconete deja llegar el sueño a su blandura y calado por el frío, bosteza entre el musgo y el ladrillo.
Sergio Astorga

Acuarela/papel 20 x 30 cm.

9 comentarios:

Anónimo dijo...

imagino a ese medio gusano-medio caracol en su andar y casi puedo sentir el frio que él siente entre ese musgo que adivino.

Lo veo en las letras y en la acuarela, aunque en ella aparezca, un lagarto, como es bien sabido y con tu venia, me la llevo.

Un abrazo cálido en esta fria noche sevillana.

Maribel Romero dijo...

¡Qué bonito! Nunca hubiera sospechado que un caracol diera tanto de sí, literariamente hablando.

"...la torpeza de la fuga es más ágil que su ingenio de emboscada...", me encanta esta paradoja.

Felicidades por tener un tlaconete que destila poesía.

Un abrazo de musgo.

Sergio Astorga dijo...

Triana, aqui tienes la diferencia de que aveces tengo una imágen que la escogí porque tiene la atmósfera húmeda del texto. De niño en la Ciudad de México veía muchos Tlaconetes (del nahua tlalconetl, hijo de la Tierra) y gustaba ver como subian por la pared, no tienen caparazón o concha, entonces la sensación es parsimonioso y húmeda.
Un abrazo én una tarde húmeda y con frío desde Oporto.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, es deverdad una sensación fantástica.
Es verdad la paradoja tine como figura las líneas paralelas entre la acción.
Un abrazo entre los verdes.
Sergio Astorga

JUANAN URKIJO dijo...

He deducido que el tlaconete es algo así como una babosa o limaco... Y me ha gustado la historia. Escribes muy bien, pintas aún mejor... ¡Estás que te sales, Sergio!

un abrazo y mis mejores deseos, amigo.

Sergio Astorga dijo...

Dédalus, tu deducción es impecable.
Tus conceptos dejan mi ego, colgado de la ventana, estoy que salgo no vaya apañar un aire helado.
Un abrazo muy amigo y te deseo que tengas lo que deseas y si puedes lo que sueñes.
Sergio Astorga

Marisa Peña dijo...

Es increíble, es como estar ahí arrastrándose con él.
Espero que este nuevo año sigas regalándonos tantas palabras y nos permitas seguir compartiendo versos y prosas. Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Marisa, ten la seguridad que lo voy a intentar,soy muy antojadizo.
Tener exelentes lectores como todos los que amablemente me djan comentarios,es un reto y compromiso gratificante.
Un abrazo en prosa y otro en verso.
Sergio Astorga

Lola Mariné dijo...

¿El tlaconete es un bicho de tu país? No lo había oído nunca, me lo imagino como una especie de caracol sin concha. Un poco asquerosito, jeje...
¡Feliz año nuevo!