lunes, 29 de agosto de 2011

Terapia Frutal


Preocupado por el estado anímico de la guayaba, compré una papaya para que cuando menos, por tener la misma vocal repetida tres veces se sintiera mejor.

Creo que fue buena idea.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 14 x 19 cm.

8 comentarios:

María Eugenia Mendoza dijo...

De triple A esta terapia frutal que seguiré al pie de la letra, ahora que las ideas están atascadas.
Apapachos.

Maribel Romero dijo...

También puedes intentarlo con una banana, y por supuesto con una manzana, siempre y cuando las compres por la mañana.
Bienvenido a la península Ibérica.
Ya estamos calentando motores.

Un abrazo frutal.

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia para el empacho no hay como la papaya, para el apapacho el durazno, para la muina la cortina y para la sordera la higuera.
Una agua de Jamaica o tamarindo puede tener el mismo efecto del tepache: nos puede soltar del atorón lingüístico. Me cuentas si te destrabas o te trabas.

Abrazo de fruta tropical, azucarrr.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Mi querida Maribel, periféricas, esféricas y quiméricas son mis mañanitas y siempre comienzan con un jugo de naranja natural. No te niego que mi llegada ha sido colérica y hemisférica, mas como la fruta que ingiero es esotérica, puedo decirte que tengo una voluntad homérica.
Ahora bien, hay una guayaba histérica que tendré que aplicaré una friega hasta que quede calavérica.

Gracias por la bienvenida porque mi luna esta mesentérica.

Los motores comienzan en septiembre a todo lo que dan.

Abrazos frutal mente.
Sergio Astorga

Alicia Uriarte dijo...

Sergio, acaso la guayaba además de comerse la papaya debiera de ir a lo alto de la atalaya en una bella noche estrellada. Desde allí divisar la playa con un buen compañero de batalla que con sus alas le haga sentirse tiernamente arrullada.

Hasta ahorita mismo que llame a la puerta setiembre.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, comestible, apetecible y sobre todo sensible tu comentario a los deseos de toda papaya bien nacida.
Sobre la mesa el fino mantel guarda esos estudiantiles sabores de nuestras primeras frutas.
Irrebatible, tangible y compatible el deseo de ver recostada en la playa esta comible papaya.

Abrazo audible.
Sergio Astorga

Gemma dijo...

A mí me parece una idea genial. Abrazos guayabescos

Sergio Astorga dijo...

Gemma, los jugos y las cáscaras siguen dándose los buenos días.
Una buena relación sinduda.

Un abrazo de guanabana.
Sergio Astorga