miércoles, 10 de octubre de 2012

De como gravitó por los cielos




Bajo el peso de su estrella prospera su loco amor a los cuerpos celestes para seguir divagando por los futuros entrevistos. Ha visto el vértigo del negro
y cuánticos pensamientos nutrir los abismos.

Fue una noche como esta, borrosa y disuelta cuando encontró, después de leer los mitos de la serpiente emplumada,  el bochorno del encierro. Desde ese instante su interés por levantar la vista es la razón de su existencia. Embebido en este afán, su cántaro comenzó a llenarse noche a noche. Boca arriba, largas horas observaba y mentalmente, consumaba planes de vuelo. No fue infructuosa tal espera, de su lomo comenzaron a nacer pequeños apéndices que en una semana tomaron forma de alas. Sus ojos se transformaron en un catalejo digno de
Tycho Brahe y sus fauces degollaron constelaciones en un abrir y cerrar.

Ni el canto de la rana ni la locura del poeta podían mitigar su vagancia espacial. Él tiene un atisbo fidedigno y una órbita elíptica que encanta. El mundo por eso exclama que todo infinito se mira desde una estrella que se fuga.

Sergio Astorga
Tinta/papel 20 x 30 cm.

4 comentarios:

Lola MU dijo...

Querido Sergio: qué fascinación ejerce sobre nosotros el cielo nocturno ¿verdad? Leyéndote me ha venido a la cabeza una preciosa novela de Elena Ponistowska; "La piel del cielo" se titulaba (creo recordar). Qué cosas éstas las de las artes y los artistas...Te felicito de corazón.

Sergio Astorga dijo...

Lola Mu, sonidos celestiales, sinfonías de movimiento cósmico. A pesar que ya no podemos ver la noche negra, con tanto farol, luminaria, neones y autopartes, la sensación de lo inconmensurable queda atado a nuestra retina. Como si estuviéramos en Tikal o en Mesopotamia.

Un verdadero gusto el que recuerdes a Elenita, en este abarrote la hemos festejado, te dejo el link por si quieres leer lo que antojaamente le escribí.
http://astorgaser.blogspot.pt/2008/05/elena-poniatowska.html

Un abrazo celeste.

Alicia Uriarte dijo...

Qué bien brilla "que todo infinito se mira desde una estrella que se fuga". Es como si uno podría abstraerse en la contemplación del bello cielo e imaginar que desde ese más allá uno pudiera disfrutar de la contemplación de nuestro planeta azul. Ese en el que, siendo tan grande, caben tanto las virtudes como las miserias del ser humano.

Un abrazo.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, dice Alberti que el mundo siendo tan grande en la mano de una niña cabe. Lo cito de memoria. Esta sensación de inmensidad es la que esta quimera, perro, tigre personaje siente por las noches.

El mundo es misterio, belleza y horror.

Abrazos con luceros.