miércoles, 22 de julio de 2009

Ya no eres lo que eras

Te buscas lejos para encontrarte. Esas partes de algo que el tiempo tejió son las voces que están sonando dentro de ti.
Aduanas de infancia brutal, donde las complicidades de ellos forjaron la infamia que viven día a día como si fueran los dueños de tu infancia, de tu cuerpo, de tu fantasía.

¿Cuánto falta para que llegues?

Te devoraron las formas, los hábitos de una tribu que no se conduele de tus heridas y si piensas en todo lo que has oído, se clarifica el muro de engaños, de mentiras; señuelos para no saltar el muro.
Y hay un dedo humillante que te señala asesina por querer gritar que ya no quieres esa muda violencia que te viola de nuevo.

¿Está todo bien contigo?

“Algo te espinó la vida”- te dicen, ya no eres lo que eras, ya no quieres quedarte quieta, ya respondes, reclamas, ya no toleras la soga, el celofán, el moño de la mentira, del chantaje; de la sumisión.
“Lo tuyo es callar como he callado yo”- te apuntan.
“Lo tuyo es aguantar porque eres mujer, así ha sido para mí y lo será para ti, porque así es”- te reclaman.
¿Qué es lo que te pasa?

“No puedes ser más bella que yo porque yo te di la vida, ¿estás a entender? Y me tienes que querer porque es tu obligación”.
Sentencias, dictamines, fallos, veredictos: mentiras.

Abres la mano. Sientes el polvo y tiras para el norte. Caminas lejos, porque puedes, porque los sueños buscan alianzas y los resplandores trabajan las sombras frescas.
Es movimiento la espera y en ese cruce de caminos, ya no eres lo que eras.
Sergio Astorga

Tinta china/papel 27 x 22 cm

25 comentarios:

Maribel Romero dijo...

¡Qué bueno, qué bueno y qué bueno! Me ha sobrecogido. Qué bien reflejada la hipocresía, el falso amor, que al fin y al cabo no es más que el resultado de una generación confusa. Las mujeres cortando alas a las mujeres, las propias madres aleccionado a las hijas en el camino de la sumisión. Y que nadie intente escapar, no te rebeles que es peor, tienes a todo un mundo en contra, el mundo que a ti te interesa, el que te rodea.
Magnífico. Y el dibujo de tinta china genial.
Un abrazo, hoy sin escoba.

P.D. Voy a volverlo a leer.

Gemma dijo...

Ese "Ya no eres lo que eras" tiene un eco de letanía que, sin embargo, resulta de lo más liberador.

Ojalá todos dejaran de ser lo que fueron a la fuerza.
Un beso

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Vuelvo después a comentar despacio. Ahora sólo mi renovada admiración por su pintura. Espectacular. Un beso.

Sergio Astorga dijo...

Maribel, que has bebido el texto y lo has dicho de manera clara y valerosa, un privilegio tu comentario ya que yo estoy del otro lado (macho consumado) y en esta serie de "Cosas de Familia" intento sumergirme a ese mundo femenino sin concesiones y sin dramas innecesarios.
Tu comentario me ha dejado mudo.
Gracias.
El dibujo me ha gustado mucho, ahora me tardé más en el dibujo que en el texto, misterios cotidianos.
Un abrazo con la escobeta en la mano izquierda.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Mega, si pudiéramos tener esa letanía siempre presente para ir a más, desenado que ese más sea hacia lo mejor, tendríamos un malabar vital.
Te cuento, a veces me acuerdo, uno es lo que lee, de tus malabares y me digo: esta reflexión malabarística podría ser un buen método para modificar nuestro día a día.
Nada a la fuerza, sólo que convenza.
¿Qué te parece esta consigna para salir a las calles de Berlín, Barcelona, México, Estados Unidos?
Abrazos amplios

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, aquí te espero atento siempre a tu palabra.
El dibujo como le decía a Maribel, tuvo un final feliz, y me ha gustado.
Un abrazo de poquito a poquito.
Sergio Astorga

Lola Mariné dijo...

Por fortuna las cosas van cambiando, pero no podemos cambiar el pasado ni a las personas que forman parte de ese pasado.
El amor mal entendido, aunque sea bien intencionado, puede hacer mucho daño.
saludos.

Alicia dijo...

Dicen que es difícil no reproducir parte de los patrones con los que hemos sido educados.Por eso las cosas cambian pero lentamente y a veces no se aprecia y sucede lo de tú relato e incluso peor.
Me ha gustado "La espera es movimiento". Pena del que ya no tiene ni siquiera un poco de esperanza.
Un abrazo esperanzado.

Sergio Astorga dijo...

Lola Mariné, en esta rueda de la fortuna el que subió y el que no... a comer fideos.
Lo que cambiamos siempre es el presente y el pasado sólo es maquillado.
Me gusta ese concepto de la intensión, imagínate un personaje sumiso y bien intencionado.
Un abrazo bien entendido.
Sergio Astorga

Abol dijo...

Ay, Sergio, es tan bueno ser descolocada por tu mano. Tus palabras me con-mueven, me sacan del centro.
Un abrazo desde el abismo
L.

Triana dijo...

De verdad creeis que las cosas han cambiado tanto?... yo creo que no, antes ellas nos imponían o trataban de imponernos una forma de vida y hasta de pensamientos, ahora de alguna forma lo prentenden seguir haciendo igual, solo con una diferencia, lo tienen que comprar... de tantas maneras. Afortunadamente en este mundo hay los suficientes seres humanos integros que no agachan la cabeza ni se ponen yugos por más gorda y reluciente que sea la oferta.
Sergio, gracias de nuevo, es un lujo y un privilegio no solo leerte, si no comprobar que tambien hay seres humanos para los que la dignidad y la libertad son el más preciado de los valores.
Un abrazo siempre insumiso.

Blanca Miosi dijo...

Sergio, estoy de acuerdo con Maribel, ¿cómo es posible que las madres enseñen a sus hijas a humillarse? ¿el no aspirar a nada más de lo que ellas aspiraron? y sin embargo, aún existe esa tendencia, fruto de la ignorancia, de la falta de preparación. Pero ahora tenemos ojos y oídos, ya no más. Las ventanas que vemos en forma de tv y de Internet han abierto muchas mentes, hoy saben por qué van al norte. Antes sólo iban.

Me ha gustado el dibujo, Sergio, descarnado, como debe ser.
¡Goldmundo y Segismundo te saludan!
ja, ja,

Besos,
Blanca

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Querido Sergio, te dije hoombre que n o me daña y cuando te leo confirmo mi seguridad a tu lado. Qué doloroso. La que alza el vuelo y se desprende del moño de las mentiras arrastra consigo la inseguridad perpetua de quien se atreve a ver dolor en su infancia. Tremendo texto para el bellísimo dibujo. Magnífico. Y lo peor, querido Sergio, y no justifico, sólo medito, es que muchas y muchos de esos silenciosos violadores de libertades piensan que lo que hacen es lo mejor para la persona a la que atan. Es terrible. Es tan complejo. Y tú, eres tan bueno...
Abrazo sin sogas.
Y besos.

PIZARR dijo...

!Ay Sergio! Me ha encantado esta tinta china... esa escoba que no hace sino dar fuerza al contenido de las sentencias de tus letras...

Y esas 3 modalidades de fondos en las que me he recreado ampliandolas hasta el infinito. No consiguiendo descifrar como están hechas esa especie de gotas de mil formas y tamaños que ocupan la parte superior derecha del dibujo.

Menos mal que la vida nos ha permitido a muchas ser de otra manera. Sin embargo... cuantísimas mujeres siguen atrapadas...

Un abrazo Sergio, me ausento de nuevo en agosto... hasta la vuelta

Sergio Astorga dijo...

Alicia, disculpa contestar hasta el día de hoy estuve, fuera unos días por cuestiones montaraces que posiblemente den para una entrada.
La espera es movimiento, por desgracia ya la espera es larga sinuosa y desesperante, tal vez se necesite más arrojo y menos timoratas acciones.
Un abrazo activo.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Lilian, tus abismos habituales son muchas veces el centro de mis tormentas y si puedo corresponder y sacarte un poco de la vertical y jugar a que podemos ser mejores, no sé en qué, pero mejores, se me inflama el ojo y se me antojan tus palabras también conmovedoras, porque el mundo femenino que adoro, está empachado con ésta violencia de género, el otro y el mismo.
Me duele que también hallas padecido alguna de éstas realidades y espero que ya no eres la que eras.
Un abrazo al sur que muda invierno.
Sergio Astorga
*Disculpa contestar hasta ahora, andaba como gato montés, entre lagos y montañas en Colorado, en un sitio que tiene un nombre fantástico: Snow Mountain.

Sergio Astorga dijo...

Triana, tu fuerza y valor son apreciados grandemente, sabía, más bien intuía, que al tocar estos delicados y siempre ocultados temas, encontraría en ti a la mujer insumisa, rebelde, la que no tiene miedo de tomar su camino y enseñar a propios y a extraños que la dignidad e integridad de la persona no tiene precio. Como sabes el precio es alto, pero es poco para la satisfacción de ser libre. Confundir el amor o la ternura a través de la sumisión es la reproducción de la infelicidad y mira que el género humano es especialista en ser infeliz y lo más grave es que es por hábito, no por pensamiento.
Un abrazo siempre insumiso.
Sergio Astorga.

Sergio Astorga dijo...

Blanca, ya que andas con Herman Hesse y su Narciso, verás en ese despertar al mundo, es el momento decisivo de enmendar la plana y educar, claro primero tenemos que empezar a educar a las madres no como símbolo, sino como personas, para evitar o cuando menos, hacer conscientes de que la violencia familiar no sólo proviene del machismo, sino que la violencia más sutil y más perversa es la psicológica, realizada por las madrecitas santas. Si comenzamos con claridades será menos probable que nos cubra la noche.
Un abrazo abierto.
Sergio Astorga

* Con tu dispensa por contestar hasta ahora, la imagen de las Montañas Rocallosas emergen sin culpabilidad.

Sergio Astorga dijo...

Tocas un aspecto relevante, después de la liberación, viene el sentimiento de culpa, de inseguridad, de transgredir un territorio que está hecho para no ser cuestionado. Como sabes yo soy hedonista, Epicuro me agrada, su sentido del placer inteligente, sin un placer o amor te trae sufrimientos mayores el disfrute es un placer o amor (añado) dañino. Alejarse del la persona dañina es tan difícil como quitarse un mal hábito o un vicio, las dependencias nos hacen ciegos, pensamos que esa es la manera natural de vivir y cuando no muestran otra manera la negamos por inseguros, no vaya a ser cierta y que hacemos con nuestras dependencias, ¿dónde las ponemos? Por supuesto no en otra dependencia. Al repetir la vida como periquitos lo único que logramos es el diez de la maestra y barrotes más gruesos.
Un abrazo que no sofoque.
Sergio Astorga
*Gracias por regresa y disculpa contestar y valorar hasta ahora tu férrea voluntad de ser mejor.

Sergio Astorga dijo...

El comentario anterior es para tí Izaskun, que como es natural, ya converso sin escribir tu nombre.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Pizarr, como sabes yo deliro por el dibujo, por la línea, por acompañarla, arroparla, consentirla y volverla malcriada.
El dibujo esta realizado en un papel delgado que conseguí aquí en los Álamos, es un block con papel PH cero, es delgada así que hay que ser paciente con él cuando aplicas la tinta entera con pincel, la tonalidad roja es una hermosa tinta elaborada a la antigüita, es hecha en Estados Unidos y me recuerda la tonalidad sanguina de las barras conté, la otra es tinta negra Wilson & Newton, la zona que te refieres es punto por punto con tinta dorada, es un efecto que me gusta mucho, es lento pero satisfactorio, las otras son signos automáticos, es decir, me dejo llevar por el impulso primitivo de acometer signos con la ventaja de que no tienen significado conceptual, sólo visual, aunque ya éste (visual) es un conceptual.
Me congratulo conocer a lectoras que están del otro lado de la orilla. Imagínate como sería la realidad si hubiese menos tormento emocional. Sería más creativa, puesto que el sufrimiento es repetitivo, es un mito que sufrir sea meritorio.
Te deseo un agosto plácido y ligero. Aquí te espero para seguir platicando.
Un abrazo entre líneas abusivas.
Sergio Astorga

Triana dijo...

Sergio, leer tus comentarios de respuesta es al menos tan interesante como la propia entrada, en este caso, he leído y releído los de esta y despues de masticarlos, me reafirmo en lo que ya sabías, me gustas, eres de esas personas que el mundo necesitaria en grandes cantidades para ser mejor.
Un abrazo de rebelde empedernida pero en paz conmigo misma.

Sergio Astorga dijo...

Triana, gracias por regresar, te digo sinceramente que a veces la respuesta a los comentarios me resulta más angustiante que las propias entradas. Me siento muy agradecido de que despilfarren su tiempo con mis antojos que ya son suyos, y procuro contestar a detalle e imaginativamente. El poder entablar diálogos a través de la escritura no es común ya que desnuda almas y voluntades.
En este espacio no se pretende dar ni falsos halagos, “ni los afeites de la actual cosmética” y tengo por convicción que no hay plaza pequeña y parafraseando la sentencia de Carlos Valdemoro (Pepe Alameda) en los comentarios no hay graciosa huida sino apasionada entrega.
La finalidad del blog es convertirlo en un acto creativo, no es un club social, por tanto tener lectores y lectoras como ustedes consuman un fenómeno de comunicación íntegro, pleno y estéticamente memorable.
Me afano por ser y contagiar porque el mundo es un antojo.
Gracias Triana por tu compañía porque tu ser rebelde me hace más libre.
Un abrazo sin comentarios.
Sergio Astorga

Gárgola dijo...

La fuerza de los muros de silencio y el dictamen de lo aceptable: cadenas que para muchas mujeres se hicieron perpetuas. Otras intentaron saltar y nadar contra la corriente, unas han llegado a la otra orilla, otras han quedado en el camino. Otras, llevan la condena de por vida por haberse defendido de tanta humillación.
Tus textos me importan de tal manera Sergio, que a veces necesito un día tranquilo como hoy para comentarte. Pocas palabras y nada de demagogia para transmitir temas que no por duros no deben ser tocados, los hombres cultos y sensibles como tú, pueden hacer muchas cosas (hay gente que piensa que estos temas no les atañen..), aquí dejas un ejemplo.

Un abrazo muy fuerte lleno de cariño y admiración

Sergio Astorga dijo...

Gárgola, son temas vividos y difíciles y por eso los escribo porque hay que enfrentarlos, confrontarlos, de manera literaria que es mi primer interés y mi segundo interés es entrar en el mito y sacudirlo, en las relaciones familiares hay mucha podredumbre e hipocresía y si queremos salvar el núcleo familiar tenemos que comenzar a destruir mitos maternales y paternales y buscar relacionar personas con personas y no jerarquías insostenibles.
Sé que esto no será popular mas sí creo en que será individual el brote del cambio.
Un abrazo muy cariñoso y espero no lastimar o lastimar bien las susceptibilidades, y si aun no te desanimas aquí tengo más abrazos. Gracias.
Sergio Astorga