miércoles, 18 de diciembre de 2013

En la línea 445


Siguió el hilo de la historia. Era una larga enumeración de hechos nada heroicos. Pensaba que algo tendrían esas historias ya que tanta gente sentía una agitación casi pueril.  En la primera lectura nada descubrió de interés; estuvo a punto de quedar dormido. Cuando parecía que el sueño era inevitable, de repente tuvo el impulso de volver a leer las historias. Apreciaron caracteres Baskerville en los capitulares, en la primera lectura estaba seguro que no existían. La historia se refería a la fundación de una lejana ciudad contemporánea de Tebas. Los habitantes de esa ciudad narraban la manera como aprendían, a través de los consejos de un grupo de individuos venidos de tierras extrañas más allá de lo fronteras conocidas. ”Donde se exhalan los veranos” decían. La segunda historia, apareció de súbito, los párrafos se alargaban o perecían y solo lograba distinguir algunos nombres de constelaciones y  muchas imágenes a tinta china de vehículos con alas grises. La tercera historia contaba la vida de un mercenario que al paso del tiempo se entregó a la filosofía neoplatónica y a vender talismanes recreados en su taller. Taller que fue incendiado por motivos de seguridad. La cuarta y última historia era traslúcida y cíclica. Con dificultad pudo dilucidar la historia. Hablaba de un porvenir de espadas y de dones. Lo curioso era que al llegar a la línea 445 la historia cambiaba de tema. A veces eran historias de guerreros que se exterminaban unos a otros precisamente en la línea 445: otras veces el tema que aparecía trataba de futuras conquistas espaciales o de amores entre los más diversos géneros y realidades.   
Después de un mes de intensa lectura las historias desaparecen y otro fortuito lector seguirá el hilo de la historia. Al llegar a la línea indicada un inevitable agujero se abre enfrente de los ojos. A este hecho de la línea 445 se le ha denominado después de un severo consenso por parte de los lectores como: fenómeno Bradbury.

Texto publicado en la Revista Digital miNatura 131 (Castellano e inglés) 22.11.13


2 comentarios:

Isabel Barceló Chico dijo...

Maravilloso relato, sergio. Los relatos se van construyendo a sí mismos, cambian, nos cambian, son cambiados por otros lectores y siempre, siempre, surgen nuevos.
Te deseo la mayor felicidad y bienestar para estas próximas fiestas. Un abrazo muy fuerte.

Sergio Astorga dijo...

Isabel, tus palabras son tan ciertas como el cielo de Marcial.
Fiestas plenas te deseo.
Un abrazo grandote.