lunes, 3 de noviembre de 2008

Calacas del Abarrote

Morir es cosa sabida y no hay porque preocuparse, las cosas caducan, hasta la latería mas fina o el vino en buenos odres también acaba por agriarse. Todos lo sabemos, unos lo sufren y otros lo gozan. Depende de que lado del mostrador nos encontremos.
En este abarrote seguimos una tradición festiva que ofrendamos a toda nuestra estimable clientela.
El culto a la muerte y a sus muertos se encuentra en el tuétano de las culturas prehispánicas (la edad de piedra me la salto para ir a la flor de pedernal) Con variantes, la concepción de los pueblos precolombinos, la muerte era una dualidad de la vitalidad. Las practicas y rituales que conformaron el culto a la muerte están presentes en los Teotihuacanos, toltecas, aztecas, zapotecas, mistecos, mayas, huastecos, totonacas, otomíes, purépechas y ya paro porque cambian de blog.
Los aztecas por ejemplo, tenían dos fechas para conmemorar a sus muertos, el mes de agosto se dedicaba a Miccailhuitonitli o muertecitos y en noviembre la fiesta de los muertos grandes. El más allá dependía de la forma de fallecer y no a la vida que habían llevado, no había castigo ni culpas. Por ejemplo, las mujeres que morían de parto se convertían en estrellas para acompañar a Quetazcoatl, eran consideradas guerreras muertas en batalla.
Después de la conquista, el Mictlán lugar a donde van los muertos se comparó con el infierno y a Micantecutli (señor de los muertos) se identificó con el diablo. El sincretismo comenzaba y enriquecía y transformaba y confundía conceptos. Se establece en México –Nueva España- el día de Todos los Santos y de los Fieles Difuntos, que se solemnizaba desde los 827-844 por disposición del Papa Gregorio IV. La muerte comenzó a ser temida, apareció la culpa, la condenación, el Infierno y el Purgatorio. Fue hasta el siglo XVII cuando se trato de darle a la muerte un aspecto menos terrorífico. En este intercambio de vivos
el juego y la desgracia se ocultan en un abrazo. Una de estas tradiciones es comerse a la calaca ya en dulce ya en palabras. Las calaveritas son versos octosilábicos festivos, que ironizan o exaltan una cualidad, no son macabras y no son ofensivas, si criticas.
Este abarrote preocupado por alagar a su estimable clientela ofrece unas cuantas calaveras de rimas atemperadas y otras totalmente erradas. No se me ofendan, ni se me asusten, que si nombramos sacamos lo que nos duele y si reímos vivimos mas a las anchas. Poco a poco irán saliendo del horno, no se amontonen que a cada capillita le llega su fiestecita. A ver si por andar dando ofrendas se me chamuscan las orejas. Que le vamos hacer. Así es el abarrote.
Sergio Astorga.

Grabados de José Guadalupe Posada

Por Triana

Por el Guadiana llegó
una moza de tronío
dejando con señorío
un aroma que caló.

Las luces de Badajoz
vieron nacer su voz,
después el Guadalquivir
la quiso como al jazmín.

A la usanza sevillana
la catrina la llamó,
los duendes de los gitanos
no metieron ni las manos.

Van pasando con sus ramos
muchachas de la buhardilla,
dicen que la tutoría
se fue con su pantorrilla.

La huesuda nos advierte
cantando por bulerías,
que andaluza es la suerte
y no mester de clerecías.

Triana se guarda en su concha
y la perla que renace,
en México la celebran
con carnitas y tepache.
Sergio Astorga




Para Izaskun

Siempre con historias puestas
colgadas en los portales
pregonaba sus donaires
con letras existenciales.

De las canarias venían
las noches de letanía:
las aflicciones del tiempo
como si fueran de almendro.

La pelona con respeto
fascinada la escuchaba
-“cuánto sabe de la vida
me dan ganas de dejarla”.

No le valieron las súplicas
de sus alumnas amadas,
ni las noches literarias
en su memoria atrapadas.

Las flores de noche buena
guardan a Izaskun Legarza
la añoran las golondrinas
y las olas en su danza.
Sergio Astorga







Para Alejandro Gelaz

Por andar con las ficciones
se quedó con fijaciones,
ni los mántras, ni las runas
le acrecentaron fortunas.

Imágenes digitales
le ocuparon en la vida.
Llegaban sus arsenales
de Roma y Alejandría.

De todos los laberintos
de victoria se jactaba
no contaban sus instintos
con la astucia de la parca.

Noches de los calendarios
orfebres de los arcanos
falaz aforismo tuvo
al refutar el presagio.
Por andar en la maroma
y en romance con la nada
Alejandro Gelaz toma
minificción por morada.

Dicen que Micantecutli
para llevárselo a Heracles,
le entregó un acapatli
y ahora ya son compadres.
Sergio Astorga



18 comentarios:

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Tomasito y yo levantados. LLoro y río. Río feliz y abierta. Nunca esperé tal privilegio y me encanta mi calaverita, es lindísima, ya la quiero.
Un abrazao huesudo y dule.
Fastidiaré con un mail. Advierto.

Anónimo dijo...

Y ahora que te digo?...

Dejáme que la asimile que sin palabras estoy, solo atino teclear temblona por la sorpresa un gracias con calor y colores.

Y me la llevo a Triana.

Un abrazo, mas que nunca, trianero.

Anónimo dijo...

Hola Sergio.. que ingenio para las letras y encantada de leerte. soy amiga de Triana y ella me ha recomendado tu blog, del cual, me parece genial. Y me siento orgullosa de tus letras para nuestras hermosas costumbres.
Saludossssssss

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, hueso a hueso fue un placer.
Un abrazo de cúbito a radio.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Triana, no me digas nada y mejor algún día tomaremos un champurrado con un bolillo mientras me cuentas de Sevilla.
Un abrazo de agauacero
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Graciasssssss por tu visita y tus palabras.
Un abrazo largo.
Sergio Astorga

Anónimo dijo...

Sergio,
No words!Te debo una ilustración. ¿Para cuando una mini? llena de esos divinos...tus dioses... los míos, que por desconocerlos, los intímo ya.
Gracias
Alejandro

Anónimo dijo...

Pues no te digo y si te digo... mañana me vuelvo a mi Sevilla, y allí espero ese champurrado (que no se si es un trago o algo parecido) o una manzanilla, con el mejor jamón de la sierra de Huelva, mirando hacia La Maestranza desde el otro lado del rio.

Un abrazo, el ultimo por un tiempo desde mi tierra extremeña.

Anónimo dijo...

Despues de enviar el comentario, y aprovechando que tenía a mi amiga Mayie en linéa y temiendo no haber acertado con lo que era el chmapurrado, le he preguntado, y me dice, ¡que rico, champurrado con bolillo, eso es bien mexicano, y tras explicarme lo que es, me suena delicioso, pero me temo que va a ser bien dificil encontrarlo en Sevilla, pero en esa linea lo podemos cambiar por un chocolate con "calentitos" en el Puente de Triana o en el Arco de la Macarena.

Un abrazo de chocolate.

Gracielarts dijo...

Pues varios quisieramos compartir ese momento entre ustedes dos.-

Hola Sergio!! Soy Buhardillera y amiga de Triana, quien nos ha hecho conocer tu blog.-
Felicitaciones! Ya me verás por aqui, aunque en realidad, hace un tiempo que lo visito.-
Saludos desde Argentina!!!!

Sergio Astorga dijo...

Alejandro, las divinidades se acercan o se alejan, sus vapores sólo nos envuelven.
Es un gusto poder entrtejer,intuir tu ethos o tu pathos o tu nahual a partir de tu trabajo. Esta es una minirespuesta.
Que te parece esta otra: Entre las divinidades la finitud tiene sentdo.

Un abrazo de omóplato
Sergio Astorga
*asío tu ilustración, gracias.

Sergio Astorga dijo...

Triana, con tal de pisar Sevilla, le voy a poner claveles a la Vírgen de la Macarena.
Unos churros con chocolate y se armala marimorena.
Acepto.
Un abrazo que ya sabe a río.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Gracielarts,"uno va por un camino lleno de esperanza..."
Gracias por tu visita a los antojos de un piantao.
Que la plata de tu río me bañe en el mañana.
Aquí te espero.
Un abrazo desde los Álamos, New México.
Sergio Astorga

Maribel Romero dijo...

Sergio, he disfrutado muchísimo con las calaveritas, no soy amiga de la loa fácil pero, tío, eres un genio. Abrazos.

Sergio Astorga dijo...

Maribel, me encanta que hayas disfrutado y hasta loas te ha provocado.
Lomás difícil no es un dibujo sólo o unos versos, lo que sigue es lo que espanta.
Un abrazo asustado.
Gracias.
Sergio Astorga

Anónimo dijo...

Sergio, como siempre, ha sido un autentico placer leerte.
Un abrazo retrasado

María Eugenia Mendoza dijo...

El festivo espiritu del abarrote se pinta solo para esta gran celebracion, que sin duda es cosa seria y como tal nos dibuja una sonrisa, no tan elegante pero dientona como la de la señora Catrina.
Querido Sergio, esta cronica nos recuerda los origenes de este drama que hacia llorar al mismisimo Nezahualcoyotl al pensar en lo definitivo de la muerte, pero tambien a los artesanos que festejan, con todo respeto, a los que se nos adelantaron. Las calaveritas, por otro lado, resultan retratos de las almas a ellas dedicadas.
Va un abrzo pachoncito.

Sergio Astorga dijo...

María Eugenia, divertirnos con las tradiciones es un poco revivirlas y compartirlas,
No hay otra celebración mas sentida, religiosa y temerosa que yo conozca.
Las calaveritas me gustan, leerlas y hacerlas. Seguiré practicando.

Abrazos ofrecidos.