lunes, 2 de febrero de 2009

Crónicas

Crónica del buen día

Al despertar:
el olor de la guayaba.
En la tarde:
el sabor de las campanas.
Y en la noche,
por el sueño,
el sonar tranquilo de la almohada.


Crónica del día malo

Mudo.
Primitivo.
El buitre se come la escritura.
Banderilla de fuego la guayaba.
Las campanas estallan.
Vomitan.
La noche es seca.
Raspa.
El sueño se escapa.
Sangra.
Sergio Astorga.

Acuarela/papel 20 x 30 cm

17 comentarios:

Librería de Mujeres Canarias dijo...

Fantástico, maravilloso, alucinante texto. (La acuarela extraordinaria, por descontado). El sabor de las campanas debe ser ese saboro a hierro que busqué desde pequeña en los afiladores y tantos días malos me transformaron. Y si huele a guayaba y suenlmohada, ¿qué más se puede pedir?
Me acuesto en buena compañía (¿hay un dragoncito escondido en esa imagen?)
Un abrazo con tacto de brisa.
Izaskun

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, yo soy devoto de los campanarios desde que leí "Al filo del Agua" de Agustín Yañes, su personaje Gabriel, subido en el campanario a tocar los bronces, desde entonces una especie de devoción sonora me persigue.
Mi intención era de hacer un equino, pero me gusta más que sea un dragoncito.
Un abrazo para el sueño.
Sergio Astorga

Anónimo dijo...

Ya Izaskun me ha quitado casi todos los calificativos, a mi más que el olor me fascina el sonido, es famoso el de las campanas de la catedral, y fijáte que cuando estoy fuera de Sevilla, es una de las cosas que echo de menos, como me pasaba en Madrid con las de Santa María de Atocha, que eran las que escuchaba desde casa, supongo que será porqué mi abuelo, cuando era muy pequeña me decía que cuando sonaban las campanas era porqué los angeles estaban contentos y las hacían sonar; como Izaskun, me quedo con el sueño y el sabor de la guayaba.
Como el caballo es mi animal totémico me voy a su grupa envuelta en sus colores.
Gracias Sergio por tu regalo de cada día.
Un abrazo con música de campanario.

Marisa Peña dijo...

Sergio, genial. El contraste entre la calma y la tempestad, la luz y la sombra... Un buen día y un mal día en la paleta de colores de la vida. Un abrazo

Martha Jacqueline Iglesias Herrera dijo...

Realmente no existe otra palabra: Contrastes.
Haciendo balance al final, caras opuestas de una misma moneda.

Me ha gustado mucho.
La pintura también fascinante.

Abrazos
Bye bye

Lola Mariné dijo...

Hay que llegar a esta página con todos los sentidos alerta: la vista para disfrutar tus acuarelas, el oído, el olfato y el gusto para recrearse en tus poemas.

Sergio Astorga dijo...

Tiana,hay pocas asosociaciones tan fuertes como el escuchar el repique de las campanas, tanto cívicas como religiosas, esos recuerdos rebotan en nuestro cuerpo todo.
No sabía que te gustaban los caballos, pronto te presentaré a Baldomero un cuaco verde.
Un abrazo frutal.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Tiana,hay pocas asosociaciones tan fuertes como el escuchar el repique de las campanas, tanto cívicas como religiosas, esos recuerdos rebotan en nuestro cuerpo todo.
No sabía que te gustaban los caballos, pronto te presentaré a Baldomero un cuaco verde.
Un abrazo frutal.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Marisa, contrastes, disparidades, opuestos, compuestos, dispuestos siempre a darnos el frente o la espalda. El envés de los reflejos.
Abrazos a color.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Letraweb, a ritmo de contrapunto y con tu balance final la moneda que rueda puede caer de cualquier lado.
Un abrazo de ladito.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Lola Mariné, tu comentario me aníma, decribe la naturaleza del antojo,aunque los sentidos nos engañan dijo aquel, con los sentidos gozamos.
Un abrazo sentido.
Sergio Astorga

Sylvia Rojas Pastene dijo...

A veces los días son buenos y las noches enemigas del sueño,buitres acechando sobre el párpado para devorar el sueño.

Comenzaré a disfrutar tus pinturas. Dame tiempo.
Mis saludos cariñosos.
Sylvia.

Sergio Astorga dijo...

Sylvia, bienvenida y gracias por pasar con tus dedos de carbón.
El tiempo es tuyo.
Un abrazo bueno.
Sergio Astorga

Maribel Romero dijo...

Sin duda el buen día es más sabroso, pero deja más honda huella el malo, hasta en las palabras.
Esos guerreros en acción con el amarillo de fondo son muy llamativos, aunque yo le veo un componente fálico indiscutible (serán cosas mías).

Un abrazo amarillo (como el sol).

Sergio Astorga dijo...

Maribel,como bien dices, estamos instalados en la cultura del dolor y le sacacamos mas raja poética.
Obviamente son cosas tuyas, si ves mi obra nunca aludo a esos temas tan escabrosos.
Bueno, un poco, más bien mucho, es parte del buen día o será del malo?
Un abrazo confundido.
Sergio Astorga

Miriam Jerade dijo...

Será que por primitivos los días malos tienden más a lo poético? Lucharán contra lo mudo? Vomitan esa guayaba del buen día?
Ay, los malos días!!!
Y los buenos que son su cara opuesta.

Sergio Astorga dijo...

Miriam, será porque nacemos con angustia?, será que kierkegaard tiene razón.
Te puedo decir que la desgracia es más plástica visualmente, tal vez por los contrastes.
También te puedo decir que tener un buen día no es síntoma de frivolidad.
Un abrazo entre dudas metódicas.
Sergio Astorga