miércoles, 19 de agosto de 2009

El Carrusel

El Carrusel ronda como angelote que no se queja de sus rodillas. Los cielos son dorados, los zapatos tienen dos agujeros en sus suelas; el carcomo del recuerdo baja las escaleras y el cocodrilo del sueño se levanta temprano, como si fuera domingo.
Dientes de azúcar es la medula del juego y ese rebaño de latidos ton ton reque ton, se mixtura cuando dos mundos giran: el que habitamos y el otro, el de algodón con caramelo.

Duérmete niño duérmete ya. Que el mundo está girando como tus ojos redondos.

Borracho de golosina subes, giras, y ese caballo con paso torneado e infinito te deja el cerebro sordo-mudo de aventura. Porque esa hendidura que ahora tienes como vida, fue de plata subida en el caparazón de la tortuga.

¡Otra vez, otra vez! que ahora quiero subirme en la catarina.

El insomnio y el tabaco se dispersan al sorbo de limonada, y esas luces neón se clavan como único fiel representante de la puericia zumbadora.
Tus dientes de leche debajo del edredón y las manzanas de coral cegando tu boca primera. Y en tu frente: el mareo del recreo.

¡Que no me quiero bajar! ¡Que no quiero! ¡Que te cuesta, no seas mala!
Otra vuelta y otra, que no estoy cansado.

El minuto es el presente y los anchos andamios de tus manos quieren islas y banderas. Y los nombres propios son huecos compañeros de travesura.

Cuando el carrusel gira, un sudor caliente nos adormece y oprimidos en nuestro eclipse mundano miramos como el bien nacido sapo sigue dando vueltas de este a oeste, como si fuera el último fósforo en la noche.
Sergio Astorga

Acuarela/papel

25 comentarios:

Alicia dijo...

Sergio,has conseguido reproducir una situación por la que hemos pasado tod@s los que hemos tenido pequeñuelos en casa. Nosotros cuando ibamos a la feria negociabamos de antemano el número total de viajes, para que se organizasen. Al llegar dabamos una vuelta a todas las atracciones y ya vistas decidían en cuales se montaban.
Me gusta tu vocabulario. De este relato me quedo con la palabra "mixtura".
Gracias por hacerme volver al recuerdo de la niñez de mis chicos, ya casi hombres.
Nos mixturamos en un abrazo.

Chakamikua dijo...

hola, me encantan el texto y la acuarela, wow, ha sido todo un viaje de texturas, olores, sabores, sonidos y, por supuesto, imágenes. Pero lo que más disfrute fueron las texturas porque las siento con la lengua (o estoy borracha de golosina ¿?).
Te diría que me recuerda a mi infancia pero mi vida sigue siendo así.

un abrazo zumbador pues,
Chaka

Chakamikua dijo...

ah! me olvidaba, te invito a visitar mis blogs.

http://desdemicamabychakamikua.blogspot.com/

http://cronicademicaminoalsilencio.blogspot.com/

Ahora si, hasta luego.

Lola Mariné dijo...

Tu acuarela y tu texto traen aires de nostalgia a los que ya no somos niños ni los tenemos correteando a nuestro alrededor.
Saludos de feria.

Sergio Astorga dijo...

Alicia, parece que dar vueltas es uno de los movimientos más genuinos que nos toca experimentar, damos vueltas sobre nuestro eje y damos vueltas alrededor del sol y damos vueltas y vueltas a un tiempo que huye aunque parezca circular por artes de la memoria.
Despertar un recuerdo es también sacudir un antojo de ida y vuelta; revivir ese encanto bárbaro de divertirse como si la inocencia pudiera prolongarse diáfana y sonriente.
Todas las edades subidas al carrusel ¿quién puede bajarse del?
Un abrazo giratorio.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Chakamicua, escribir bien el nombre que te nombra es ya subirse a un carrusel de sorpresas ortográficas, mencionas la característica de los antojos, riqueza sensual, un antojo bien vivido tiene de todo como el mole poblano o el mole oaxaqueño, un antojo bien condimentado, puede ser un poco indigesto pero, rico es ¡si señora!
Si tu existencia sigue tan plena llenemos nuestros bolsillos de confites y canelones y digamos que no importa el carrusel sino el cómo das las vueltas.
Un abrazo que zumbe, otra vez.
Sergio Astorga
*Ya te he ido a visitar y he leído tus poemas, me tardo en comentar no siempre estoy lucido, el carrusel me marea, voy al ratito.

Sergio Astorga dijo...

Lola Mariné, tanto nostalgia, tu ya aquí y yo todavía no te comento tu viaje a Portugal, voy que vuelo que ya vi que vas a la radio y conoceré el tono de tu voz y te diré que tal te ha tratado el carrusel. Por tu aliento creo que te has divertido en grande.
Un abrazo subido en el cisne.
Sergio Astorga

Mari Carmen dijo...

En el mundo actual, con grandes parques temáticos, impresionantes montañas rusas...todos nos quedamos mudos y absortos ante un carrusel.
Es evocador, un resorte que despierta los recuerdos de nuestra niñez, la de nuestros hijos...Sobre el corcel blanco, yo fui una gran amazona; sobre el brioso azabache, mi hijo fue el sheriff de la ciudad.
Un carrusel, una ilusión que comparten varias generaciones, fijaros atentamente...los encontrareis.
Un abrazo.

Maribel Romero dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Maribel Romero dijo...

Qué hermoso carrusel, me encanta, y sobre todo me gustan esos dos mundos que giran: el que habitamos y el de algodón con caramelo. A veces me gusta más el de algodón con caramelo, quizás porque es el encargado de endulzar el que habitamos.
La acuarela me parece sublime.
Un abrazo de sube y baja.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

En tu carrusel pintado quisiera rodar sobre el sapo,Sergio extraordinario. Dar vueltas y más vueltas al son de las músicas del tío vivo y pasar suave de un mundo a otro,sin destruirlos.
Es preciosísimo.
Un abrazo azucarado.
Izaskun

Blanca Miosi dijo...

Precioso el carrousel y preciosos los recuerdos, son esas remembranzas que de cuando en cuando nos traen a la mente el algodón de azúcar, un aroma inolvidable, ¿quién se ha perdido una feria?

Besos!
Blanca

Sergio Astorga dijo...

Mari Carmen, te asiste la razón, fíjate que a pesar de los grandes parques, no hay ninguno que yo conozca, que no tenga un carrusel, cuya fascinación creo que es instintiva, la sensación de girar sobre nuestro eje es humana y cósmica, lo que sí creo es que se está reduciendo la edad de goce del carrusel, ya solo es para los más pequeños y posiblemente no les alcance la experiencia para tener añoranza, que no nostalgia.
Un abrazo a la vuelta.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, pues súbete al carrusel, yo te invito dos vueltas y si no te mareas, te ganas una manzana con caramelo, ¿Cómo ves?
El otro carrusel es amargo, más amargo que el té de tila en ayunas: es correoso, infecto y sobre todo incomodo, casi nunca nos podemos subir al caballo, camello, elefante que nos gusta y a veces tenemos que esperar horas y sus anos para podernos subir.
Chispas mejor te invito una agüita de limón o de horchata para la impresión.
Un abrazo gira que gira.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, pues ya que andas por Granada, y los ojos brujos te miran, puedes ir de uno a otro mundo montada en el sapo, que este por mas intentos tuyos no se convertirá en hombre, eso como sabes solo lo consigue la domadora de tigres de Santiago.
Un abrazo por cada vuelta que des.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Blanca, buen pretexto este carrusel para ser tema en tu foro, quien no se subió a un carrusel y quién no lloro, porque no todo es miel y melocotón yo di oídos a niños berrear porque el elefante o la jirafa los miró feo.
La feria y sus divertimentos, ¿buen tema no crees?
Un abrazo feriado.
Sergio astorga

Gemma dijo...

"...como si fuera el último fósforo en la noche."

¡Qué revelador -y pleno, por autosuficiente- es siempre el mundo infantil!

Me encantó, querido Sergio.
Un beso

Sergio Astorga dijo...

Mega, que te parece encender la vela inocente de una luz primera.
Tienes razón: la plenitud es signo de autosuficiencia.
Demos otra vuelta al carrusel lo suficiente.
Un abrazo de párvulos.
Sergio Astorga

Triana dijo...

Sergio, he estado dando vueltas por un buen rato subida en el caballo blanco de mis recuerdos mientras mi padre en medio, al otro lado, Ana está en uno negro con manchas blancas, nos sujeta a las dos por la cintura, somos muy pequeñas y ellos son enormes, en el carrusel de mi infancia se montaban pequeños y mayores... y despues nos ha bajado y nos ha comprado algodón rosa y una manzana bañada de caramelo rojo... y hemos ido a la tómbola y al puesto donde nos ha conseguido una muñeca de plastico con vestido de cuadritos a cada una tirando al blanco, es joven y guapo, yo tengo unas largas trenzas y Ana unos preciosos rizos rubios, Miguel aún no ha nacido y mamá con sus preciosos ojos verdes, sonrie, siempre sonrie...
Gracias Sergio por darle marcha atrás al reloj por unos momentos y dejarme que me ponga mi vestido blanco de piqué con lazos azules.
Un abrazo con musica de organillo y molinillos de papel.

Sergio Astorga dijo...

Triana, con tu vestido de piqué con lazos azules, en verdad de postín ¿fue en Badajoz o en Sevilla?
Me es en verdad muy grato que te haya provocado tanta añoranza, amorosa añoranza, fue sin querer, lo juro.
Te platico, como sabes tengo el juego como única manera de enfrentar la luz y la sombra en el albero. Tengo muchas acuarelas con tema infantil, mas bien con ánimo infantil y esta acuarela del Carrusel no es la excepción, tengo especial apego a esta porque fue seleccionada para realizar una tarjeta navideña para el Hospital Infantil en el área de Oncología, en la ciudad México, la persona encargada de la comunicación social era mi cliente y me pidió la colaboración, por supuesto sin cobrar un centavo para apoyar al hospital, a mi me servía de promoción y al hospital de ahorro; también colaboramos en el montaje de una exposición y la venta de los cuadro un porcentaje 40% seria para apoyar el tratamiento del cáncer que como sabes es muy costoso, fue una experiencia muy gratificante y al mismo tiempo dramática, el día de la inauguración bajaron los niños en silla de ruedas, niños y niñas con cáncer terminal a ver los cuadros. Explicar y ver sus caras llenas de una ilusión que desgraciadamente sería fugaz, es una de las imágenes más fuertes que guardo en mi ánimo.
En fin sigamos dando vueltas a ese carrusel que el caballo blanco galopará infinito por el mundo candorosos de la ilusión.
Un abrazo dando vueltas y más vueltas, que no acaben.
Sergio Astorga

Trianarts dijo...

¡Ay Sergio! ¿Como te las apañas?...
He llegado anoche de pasar unos días en la Playa, en pleno Atlantico, por las mañanas salía a caminar al amanecer, ya verás alguna foto, una de ellas había un chaval pintando una acuarela de una casita blanca con ventanas rojas, inevitablemente me acordé de tí porqué su acuarela no era nada convencional, al igual que las tuyas, ahora entro y me encuentro con tu respuesta, primero te respondo, era en Badajoz y en la feria de San Juan, en Junio. creo que tengo una foto viejita en la que estamos en esa escena que te describo, si la encuentro, te la mostraré.
Pero hay algo más en tu respuesta y es a lo que me refiero cuando te digo que das en el centro de la diana de mis sentimientos más veces de lo normal, sabes que soy enfermera pediatrica, y durante toda mi vida profesional he trabajado con niños oncologicos y colaborado en todas las campañas para recaudar fondos para hacerles un poquito más felices mientras estaban en el hospital y para eso recurría a todos los artistas de cualquier rama que eran accesibles para pedirles alguna donación, te salvaste por poco...
Un abrazo con sonrisa de niño...

Unknown dijo...

Sergio! que hermoso texto... Ya oa leerte con mas tiempo, pinta muy lindo este blog..

Todos nos hemos subido a un carrusel que gira y gira, sobre el propio eje, sobre el eje de los demás e incluso, llega a dar vueltas al sapo... terminamos todos rumbeando, mareados-

un beso, te sigo leyendo!!

Sergio Astorga dijo...

Triana, espero la fotografía y si la encuentras que tal si escribes un trabalenguas y la envías a la Nave de los Locos. Anímate.
Desconocía que tu especialidad fuera pediátrica y tampoco que trabajaras en el área de oncología, y si todavía estas ligada a subastas o exposiciones para recaudar fondos y si yo puedo colaborar en esa causa estoy más que dispuesto.
Estas coincidencias son maravillosas y digo maravillosas porque la comunicación que se logra establecer es inefable, ya un texto ya una acuarela, puede tocar fibras que el autor no sospecha, el autor tiene una motivación que logra coincidir con motivaciones similares en lugares e historias vitales diferentes, es en verdad cosa de maravilla, como en el libro del Amadis.
Un abrazo cuya circunferencia toque Sevilla en uno de sus puntos.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Mujer pájaro estrella, que tu vuelo no se detenga y que se te antoje seguir dando vueltas entre formas y palabras a ver si puedes dejar un poco de polvo de tu estrella.
Un abrazo giratorio.
Sergio Astorga

Triana dijo...

Si Sergio, toda mi vida profesional ha sido la enfermería pediátrica, y 15 años en una Unidad de Cuidados Intensivos, donde una gran parte de los niños que teníamos, eran oncologicos.
Y si, es maravilloso como se hilan las coincidencias, buscarñe esa foto y la scanearé y trataré de recordar alguno de los trabalenguas que me enseñaba mi abuelo, porqué a escribirlo yo no oso.
Un abrazo fuerte para el nuevo mes.