jueves, 24 de septiembre de 2009

Gateando

Los félidos han salido traviesos de los redondeles mentales y han llegado fieros a nuestro amaestrado asombro. Llegaron en banda como predestinados a pintarse solos.
La elegancia termina en su cuerpo y de sus bigotes la cara del misterio se relame y se desentume bajo la dilatación de sus ojos.

¿Quién puede sostener la mirada del gato, mirarlo con fijeza?

Callejeros de templos y ciudades súbitamente maúllan carnalidades sin sentido.
Gato bodeguero, gato con botas, gato faraónico, gato Félix, gato montés, gato Ramón, gato entumido, gato proceloso, gato turbio, gato frívolo, gato compañía, gato acecino, gato envenenado, gato luna, gato jazz, ocelote: mancha solar de sienes hinchadas; púber en tu tesoro no tienes dueño, tu selva detenida, tu solitario divagar es la claridad que quiero junto a tu garra por los ríos de sangre y migrar entre los gritos del sapo, envuelto en el machete que troza la luz.
Todos los gatos deletrean el punto ciego, la isla del miedo, la pisada solitaria y la tortura invisible de ser mirado con desdén.
Sergio Astorga
Acuarela/papel 20 x 30 cm.

25 comentarios:

Lola Mariné dijo...

¡Huy! Ese cuadro debería tenerlo yo en mi tejado.
Me encanta.

Librería de Mujeres Canarias dijo...

En esta casa, querido Sergio,somos proclives al animal(de los de cuatro y más patas,decía mi abuela) y sobre todo a los felinos. Qué cierto lo que cuentas de sus miradas, bigotes, movimientos...Precioso texto para un extraordinario cuadro.
Me paro y miro a mis gatas por ver si devoran mi tristeza.
Un abrazo con ronroneo.

Carmen Conde Sedemiuqse dijo...

Precioso,no solo la mirada del gato no se puede mantener hay muchas miradas, la mirada del hambre...
Besos y amor
je

Maribel Romero dijo...

¡Qué bonito!, Sergio, me gusta mucho. Después volveré a leerte (ahora no tengo tiempo) pero no me he podido sustraer del deseo de decirte que me encanta la acuarela. ¡Ahora quiero incluso más a mi gato!...
Un abrazo y hasta luego.

Marisa Peña dijo...

Me han gustado mucho tus felinos, y "esa tortura invisible de ser mirado con desdén" me encanta!!!Besos gatunos...(sabes que a los de Madrid nos llaman "gatos"?)

Gemma dijo...

¡Gatísima tu acuarela! Casi me parece oírlos maullar a un tiempo -eso sí: con la elegancia que les caracteriza- tu texto lleno de uñas... ;-)

Un marramiau altivo

Maribel Romero dijo...

Pues hago extensiva mi admiración al texto y sobre todo a ese final: "...la tortura invisible de ser mirado con desdén...".
¿Sabes una cosa? He visto a mi gato en tu acuarela, cosa que no me extraña porque pasa la mitad del día fuera de la casa. Es mitad callejero mitad doméstico. Ahora su lado doméstico lo tiene durmiendo sobre una silla.
Repito que me encanta la acuarela. Mira que ya conocía tus retratos de familia con todos los animales de fiesta y son magníficos, pero con los gatos te has salido. Miau.
Un abrazo con ojos de gato.

Abol dijo...

Miau. Qué más puedo decir.

Abrazos.

Sergio Astorga dijo...

Lola Mariné, gatitos, gatotes, gatuchos, gaticos goticos todos ellos están en tu tejado un poco aquí un poco allá, tutta la notte. Cuando quieras hago uno para tu tejado.

Un abrazo gatuno y montuno.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Izaskun, como sabes me mantengo con dificultad en esta bípeda manera y a los gato les profeso admiración y gozosa contemplación.
Le comenté a Maribel, en su Febrero que llegué a tener 17 gatos, mas por inexperto que por fanatismo, y puedo decirte que largas horas contemplaba sus sigilosos y elegantes hábitos. Ante la mirada del gato o su hierática actitud de contemplar el mundo encaramado en la ventana, la tristeza se convertía en serena satisfacción, como que la dignidad de ser se encerraba en una temporalidad inmóvil.
Espero que tus gatas te miren y a través de su “gatunidad” te den la quietud
del instante.

Un abrazo ron ron rondó
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Sedemiusque, la mirada del hambre es mas perruna y bien dices, no se sostiene por vergüenza o por impotencia.
Abrazos sostenidos.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, aquí te espero y si estos pillos han servido para motivar a uno de sus cuates pues ya sirvió el antojo.
Abrazos de celestino gatuno.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Marisa, por hazañas de reconquista, y al subir torreones con agilidad felina, les llaman gatos a los madrileños y espero que no miren con desdén y si con elegancia.

Abrazos felinos que escalen el torreón de tu mirada.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Gemma, gatísimo, gratísimo, y aguerrido tu comentario, maullaré solitario por estos tejados montaraces y afilaré mis uñas en los troncos de los álamos y de madrugada, cuando el frio arrecie buscare quitarme la noche lamiendo la mañana.
Abrazos mullidos.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Maribel, echarse el gato al agua y con una buena manita de gato no me extraña que tu gato apareciera. My Family que ya conoces, es vamos a decir, inevitable, me toco, pero a los gatos los escogí por guapos, flexibles y autónomos y porque no decirlo, también por ser altivos y sangrones y esa mirada cuando es despectiva duele, y mucho.

Miau de Pérez Galdós y miau de Catalina, mi gata que en gloria este, son dos maullidos que no olvido.

Un abrazo mío con miau.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Abol, la onomatopeya es la mejor manera de fusionarse con el espíritu felino; como quisiera realizar acuarelas onomatopéyicas, mas la retórica del color lo impide.

¿Escuchas el clip clac de miau abrazo? Es en zigzag.
Sergio Astorga

Alicia dijo...

Sergio, esta vez empiezo por la pintura. Me encanta por el colorido y por qué he pasado lista están todos.No falta ninguno.

Mi abuela vivía en una planta baja con patio bastante grande e inicialmente con campa por la parte trasera. Por evitar los ratones, supongo, allí siempre hubo una gata. Era grande y preciosa. Era muy aventurera y siempre volvía preñada. Paría debajo de una escalera de un cuarto trasero. El recuerdo y las sensaciones de poder tener los gatitos tan cerca es el que he sentido con tus mininos. Su tacto suave, sus almohadillas en las plantas, los ojos cambiantes...Les teníamos mixturados de todos los colores. Me acuerdo una camada especial, pues el padre debió de ser un gato con pedigrí precioso, por la belleza de los cachorros. En especial uno color canela con antifaz marrón oscuro en los ojos. Mi pena era cuando mi abuela los regalaba tras el destete. Sólo podían permanecer la gata y otro.

"Si quieres escribir sobre seres humanos, ten un gato en casa"
Aldous Huxley

Sergio gracias por traerme el recuerdo del pasado

Blanca Miosi dijo...

Querido Sergio, sólo te faltó mencionar al Gato negro de Poe.

Me han gustado mucho tus palabras, y el cuadro con todos esos felinos de todos tamaños pintas y colores, es cierto lo que dices, ellos nos miran con desdén, ¿será que saben algo que nosotros no?

Besos!
Blanca

Sergio Astorga dijo...

Alicia, atrasado, alocado, “camino con la cadencia de un vals” como el tío Alberto, el de Serrat, y no atino a poner un comentario sensato. Sera que la luna que ya llega grande y suspirante en sus octubres, me tiene atolondrado, no lo sé.
El ver nacer a los gatitos, así con esa sabiduría natural y ver a la gata (siamesa) en mi caso, parir ocho, limpiarlos y amorosamente dejar que en su ceguera inicial buscaran refugio en sus tetillas es una de las visiones mas enigmáticas que tengo. Gatita “que va ser de ti lejos de casa” Tampoco lo sé, hoy no se muchas cosas, tal vez mañana.

Si, ver un gato es profundizar un poco en el enigma.

Un abrazo pequeño, amodorrado.
Sergio Astorga

Sergio Astorga dijo...

Blanca, es verdad el gato de Poe sigue mirando fijamente la pared extrema de mi casa, intuyendo que algún cuerpo extraño esta emparedado y me mira con esa fijeza acusadora que me saca de quicio.
Voy a mirar para otro lado, a dormir una siesta infinita entre almohadas redentoras y frutas de la estación.
Un abrazo como legado sencillo.
Sergio Astorga

Olga dijo...

Yo soy muy de gatos, me siguen por la calle, se me acercan. ESte verano los perros abandonados nos mataron a una gatita preciosa llamada Luna. Seguro que está en tu cuadro, en algún paraíso sin dentelladas, altiva y elegante, delicada, mirándonos pensar.
Abrazos.

Sergio Astorga dijo...

Olga, el mundo gatuno a veces nos duele, tal vez por su independencia cariñosa, son solícitos, cariñosos, pero siempre independientes, no son sobornables y eso nos duele, porque entre humanos el soborno se ha confundido con la necesidad natural de apego.

Un abrazo grato y gato.
Sergio Astorga

Olga Bernad dijo...

Miau!
Cuánta razón tienes, son insobornables. Son muy interesados, pero por puro placer. Hasta su egoísmo es digno. Nada de chantajes emocionales, simplemente seducen.
Es así.

Sergio Astorga dijo...

Olga B., me gusta mucho tu comentario: la ética de la seducción. Al seductor no le interesa chantajear, ni ser sobornado, por que el encanto que prodiga le basta y sobra. Su elegancia le impide comportamientos mezquinos y ruines. Por desinterés o por pereza, son indiferentes a la subordinación.
Por tal motivo estoy más apegado a los gatos que a los canes, y mira que tuve un pointer que adoraba de chico. Mas aquel dicho popular: “Menea la cola el can, no por ti sino por el pan” es aplicable también al reino humano.

Un abrazo sin interés, sólo de regusto.
Sergio Astorga

Triana dijo...

Sergio en estos días han sucedido y están por suceder cambios que me han tenido apartada de esta ventanita, me quedan por delante días de agobio en los que me falta tiempo para dormir, incluso para comer, en Badajoz no he tenido conexión con internet donde me he quedado y ya aquí en Sevilla apenas llego por la noche para entrar un momento, ya te contaré.
Sabes que adoro a los animales, pero tengo con los gatos como una especie de animadversión que creo es mutua, sin embargo me fascina verlos, pero los felinos grandes, con los domestícos, como que...
Sin embargo la acuarela es fantástica, así es que me los llevo a ver si es posible que me reconcilie con ellos.
Un abrazo de roneo.