jueves, 24 de noviembre de 2022

La S dejó su huella

 


La S atada en el ala y las huellas en contrasentido. Así lo encontramos. Pegajoso el sonido se quemaba en la tierra. Una imagen con cuerpo y el ritual del vuelo inclinado, envuelto de pesadilla. La caída encontró suelo. Lo quisimos levantar. Ya forma parte de nuestra historia. Como las moscas revolotea su presencia desde entonces. Mi tío sugirió cantarle. Le cantamos música festiva, pero nada, nuestras voces como brumas sólo rodeaban sus alas. Entonces le ofrecimos una plegaria. El silencio le marcó. Se arrastro unos metros y como huérfano del viento se abalanzo a su recuerdo.

Sobre el horizonte, sobre una línea naranja dejó su cuerpo al aire.

Lo vimos flotar como esta vela dulzona que nos ilumina las manos manchadas de ceniza.


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